El PP discrepa del modelo de peatonalización del Centro

El Partido Popular de Alcoy propone aplicar un paquete de medidas previas que garanticen que la peatonalización del Centro de la ciudad sea exitosa. La concejal Amalia Payá advierte de las carencias del plan de peatonalización del PSOE, que aumentan el riesgo de que el proceso acabe en fracaso, como ya sucedió en el año 2015. “Hemos dejado muy claro que defendemos que el Centro sea peatonal, pero no de la forma en la que pretende el Gobierno: sin disponer de aparcamientos disuasorios, sin establecer un modelo de barrio, sin diseñar actividades de atracción a la zona y sin un análisis serio de los beneficios y los efectos negativos”, explica la regidora del PP.

Payá muestra su preocupación por la intención del Gobierno de iniciar el proceso de peatonalización sin disponer de aparcamientos disuarios que permitan estacionar los vehículos en la periferia del barrio. Según el plan del PSOE, la peatonalización eliminará 262 plazas de aparcamiento en el Centro. Para compensar esa pérdida, el Gobierno calcula que en la zona de La Riba podrá crear 375 plazas. “Nos preocupa que contabilicen unas plazas que no están garantizadas”, manifiesta Payá. La concejal apunta además que el plan del PSOE contabiliza las 39 plazas del descampado de la zona de San Mateo “que, en teoría, debe convertirse en un ecobarrio de viviendas”.

“En un asunto tan crucial como la peatonalización, el PSOE debe ser honesto y no hacer trampas con datos y cifras que no son reales, porque las consecuencias pueden ser nefastas”, manifiesta Payá, que reclama al Gobierno “gestionar con rapidez la apertura de los aparcamientos disuasorios para garantizar el éxito del proyecto”. El PP también reclama un plan de actividades de atracción hacia el barrio. “El Ayuntamiento debe implicarse para que las calles tengan vida”, recalca la edil. Para ello, añade, es “básico” definir los usos del suelo urbano del Centro: “debemos tener claro si la ciudad quiere priorizar el comercio, el turismo o la hostelería en el Centro”.

El Partido Popular aplaude que el plan de peatonalización se base en la instalación de cámaras de control de acceso. No obstante, advierte de que los horarios de carga y descarga ya generan las primeras quejas por parte de los vecinos. El Gobierno propone que sea de 7.30 a 9.30 horas por las mañanas y de 16.30 a 17.30 horas por las tardes. “Es necesario modificar estos horarios, porque los expertos señalan que un acceso muy restrictivo favorece la despoblación y eso es lo último que queremos para el Centro”, explica Payá.

La concejal recalca que el estudio de peatonalización es insuficiente, puesto que no realiza un análisis detallado de la situación del barrio ni de los efectos positivos ni mucho menos de los negativos. “No podemos peatonalizar sin tener en cuenta las necesidades sociales de la gente que vive en el barrio, de la que queremos que llegue a vivir o de las personas que lo visitan o acceden a comprar”, insiste la regidora. Payá apunta que el estudio no analiza la movilidad peatonal interior, ni mejora la estancia en la zona, donde no se diferencia entre las áreas de restricción de tráfico y las de uso exclusivo para el peatón.

La concejal también echa en falta un debate previo sobre la transformación urbana del barrio. “El Gobierno ya ha dicho que no va a haber grandes obras en las calles, pero creemos que sobre la mesa debe haber una previsión de dotación de vegetación, de mobiliario urbano o de incrementar la iluminación, elementos clave según los urbanistas especializados en rehabilitación de centros históricos”, indica.
Payá subraya que “estamos ante una peatonalización radical, sin proceso de adaptación y donde no hay un plan para atraer a las personas y hacerla atractiva”. La concejal confía en que el Gobierno acepte aplicar las medidas previas “para evitar que la peatonalización acabe en un fracaso como el intento de 2015”. Entonces, el Gobierno desistió del plan, que años más tarde fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia a denuncia de un grupo de vecinos del barrio.

Foto: Gente paseando por la calle Sant Llorenç, durante un fin de semana.

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