La campana de Santa Bárbara no sonó este año en la típica ‘Corriola’

El fuerte viento acompañó un día en el cual muchos aprovecharon para comerse en casa o en la casita de campo la singular ‘Corriola’

La campana de Santa Bárbara no sonó este año en la típica ‘Corriola’
Apenas hubo gente durante la mañana en el Paraje de Santa Bárbara | Gabriel Pascual

El Paraje de Santa Bárbara de Cocentaina presentó en el día de La Purísima de 2020 un aspecto insólito, y es que la crisis sanitaria de la Covid-19 impidió celebrar con normalidad la festividad de la ‘Corriola’ en esta zona natural tan próxima a la Sierra de Mariola.

Este año no se vieron las clásicas imágenes que deja esta tradición. El fuerte viento acompañó un día en el cual muchos aprovecharon para comerse en casa o en la casita de campo la singular ‘Corriola’, ese pan redondo acompañado de una longaniza roja que ya los antepasados de la Vila Condal degustaban cuando por estas fechas subían a la ermita de Santa Bárbara para pedirle a esta última la protección de los campos ante las tormentas.

Además, en la Parroquia de Salvador y en la Parroquia de Santa María se celebró por la mañana la misa en honor en la Inmaculada Concepción con todas las oportunas medidas de seguridad ante el Coronavirus.

Fueron las campanas de estos dos templos, así como las del Convento de los Franciscanos, las únicas que se pudieron escuchar en el pueblo durante la mañana. La tradición, a pesar de la situación actual, se impuso a la crisis sanitaria y los hornos, así como las carnicerías trabajaron a pleno rendimiento durante los días previos para preparar las viandas que dan forma a la ‘Corriola’. Esta, como se habitual, también fue regalada por los abuelos a sus nietos, así como por los padrinos a sus ahijados.

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