La ciencia más actual, pieza clave para conocer el pasado neandertal

Los investigadores emplean diversas técnicas, como el arqueomagnetismo

La ciencia más actual, pieza clave para conocer el pasado neandertal
La fragilidad de la superficie hace que se tenga que trabajar con mucha precisión. | XAVI TEROL

A lo largo de todos estos años de excavaciones en el yacimiento prehistórico de El Salt se han ido aplicando distintos procesos de investigación con el único fin de conocer el pasado neandertal, el cual engloba tanto el comportamiento como la vida de estos homínidos.

Según relata uno de los coordinadores de las excavaciones, Cristo Hernández, el buen estado de conservación de este yacimiento “permite la aplicación de una metodología cada vez más refinada, más puntera, y con ella, obtener datos muy precisos” de los neandertales. “El Salt ha ido actualizando la manera de trabajar en él”, y que “quizá sea uno de los yacimientos europeos en los que se aplica la arqueología molecular, es decir, una arqueología multianálitica, interdisciplinar, que permite explotar información contenida en los sedimentos a través del estudio químico, minerológico o del arqueomagnetismo”.

En este sentido, una de las investigadoras que actualmente está excavando en El Salt, Ángela Herrejón, detalla que el arqueomagnetismo, en el caso de las hogueras que se hallan, “se basa en el registro que queda de la dirección del campo magnético terrestre en el momento en el que fueron realizadas, cuando se quemó y enfrió”.

DIFERENCIA TEMPORAL ENTRE LAS HOGUERAS
Así, y debido a que el citado campo magnético terrestre ha ido cambiando a lo largo del tiempo, ese proceso “sirve para identificar diacronías”. Para ello, se comparan las direcciones del campo magnético terrestre “a partir de distintos fuegos y si vemos que son diferentes, podemos saber que las hogueras han sido hechas en momentos separados en el tiempo”.

Por otro lado, y en base esa posible diferencia temporal entre las hogueras halladas en el yacimiento durante las excavaciones, los investigadores están aplicando “una serie de métodos estadísticos y modelos paleomagnéticos (…) para poder inferir los tiempos mínimos que pueden haber pasado entre unas quemas y otras”, es decir, saber cuánto tiempo pasó entre todas ellas.

Herrejón detalla que con estas técnicas, todas unidas, se pueden llegar a ordenar los fuegos en el tiempo, “en función de la profundidad de cómo se superponen”.

La investigadora recalca que “es tal la complejidad de las superposiciones, que podemos hablar de centenares de años o incluso de milenios”, de diferencia entre unos fuegos y otros, y destaca la diferencia que puede haber entre el comportamiento de un homínido en un tiempo, que en otro.

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