Mensaje Reflexivo, (a ellas y a ellos)

Querida esposa: Dentro de más o menos un mes celebraremos nuestro cuarenta años de matrimonio, aunque ya llevemos viviendo diez separados.
Acabo de llegar de la manifestación de los jubilados, es la primera vez que asisto y es que creo que tienen mucha razón los viejos, la prueba fehaciente la acabo de comprobar al ver lo que se me ha quedado como pensión, pues me acabo de jubilar.

El piso, en el arreglo que hicimos al divorciarnos, ha quedado para ti y además la pensión que te abono al mes; cuando trabajaba y cobraba el sueldo, me venía un poco justo, ahora es diferente, he quedado a expensas de una jubilación y ni siquiera puedo hacer horas extras, que era el medio en que cubría los baches existenciales, cuando el salario no llegaba.

No hago más que darle vueltas al asunto, pues hay una gran diferencia de cuando trabajaba a ahora. Había pensado que una vez los chicos emancipados con su carreras y trabajo, nuestro piso, bueno tu piso, tiene más de cien metros cuadrados para ti sola. Ajustando y reajustando quizás podríamos compartir la vivienda como hacen los estudiantes. Tu una mitad y yo la otra y seguro te pagaría lo que conviniéramos. También nos resultaría más barato cocinar en conjunto, que no cada cual guisando lo suyo.

Son sólo unas reflexiones en este empobrecimiento que nos toca sufrir a menos que espabilemos. Imagínate cuando nuestros padres nos ayudaron a pagar la hipoteca así como los primeros años en la universidad de nuestros hijos.

Me temo que este ministro de economía con sus ajustes y reajustes nos vaya dejando cada día más pobres y por lo que veo tendremos que ir de manifestación en manifestación para poder abrigar la esperanza que se le oxiden las largar tijeras una vez por todas.

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