Quema controlada en una ladera de Banyeres

El Ayuntamiento de Banyeres de Mariola tiene intención de llevar a cabo una “quema controlada” en la zona del Santo Cristo. La acción se llevaría a término para limpiar la vegetación que hay en la zona verde que hay en la vertiente del promontorio sobre el que se asienta la ermita y los depósitos del agua, desde la parte posterior del colegio Fundación Ribera hasta el Cementerio. Todo ello se realizará con la autorización favorable de los propietarios de las distintas parcelas de terreno que hay en este espacio.

La quema se realizaría con la participación de brigadas de Bomberos Forestales, Equipos de Prevención Integral de Incendios (EPRIF), la Dirección General de Prevención de Incendios Forestales, los servicios de Emergencias 112 de la Generalitat Valenciana e Ingenieros Técnicos Forestales. La idea es que los trabajos puedan hacerse cuanto antes aunque dependerá de las condiciones climáticas, la dirección del viento y el estado de la vegetación. De igual forma se efectuará por tramos para evitar que la acción pueda quedar fuera de control.

Una “quema prescrita”, que es como también se le denomina, es la “aplicación controlada de fuego” a zonas pobladas por la maleza bajo unas condiciones metereológicas, de vegetación y topografía previamente determinadas. Su objetivo es realizar una “limpieza preventiva” para prevenir que pueda producirse un incendio forestal o incluso facilitar la regeneración de una cierta especie vegetal.

Se trata de una práctica que genera cierta polémica pero es necesaria ya que el abandono de las actividades agrarias y la demanda urbana de espacios forestales está provocando la modificación de la estructura del paisaje, provocando acumulación de vegetación en el sotobosque.

La iniciativa es aún pionera en las comarcas de Alicante, si bien en otras comunidades es habitual desde hace años. A la vez que se mejora la zona, permite que el personal de extinción de incendios pueda realizar prácticas para desarrollar maniobras combinadas con uso de agua, herramientas manuales y fuego, lo que mejora su capacidad operativa.

Este tipo de quemas, además de ser una actuación preventiva, han servido también para colaborar en la gestión forestal y en la planificación del territorio para dotar a los paisajes y a los bosques de estructuras forestales que generen resistencia a la propagación de fuegos de alta intensidad.