Una segunda oportunidad

Estos días atrás nos hemos llevado las manos a la cabeza con la noticia de la muerte de más de mil millones de animales en los incendios que azotan Australia. Una oleada de fuegos que está provocando una tragedia ecológica de magnitudes incalculables.

La misma semana, Ecologistas en Acción informaba que 300.000 animales son abandonados cada año en España, lo que significa una media de tres abandonos cada cinco minutos. Misma desgracia, mismos protagonistas, pero distinto rasero a la hora de valorarla.

Todo esto coincidiendo con las fiestas navideñas, donde crece la compraventa de mascotas para regalar. En muchos casos las personas o familias que se hacen cargo de estos animales, no han participado en la elección. Con toda probabilidad esas personas desconocerán las necesidades biológicas y afectivas del animal, y por tanto su responsabilidad de cuidados y seguridad a lo largo de todos los años que viva, de ahí que muchos de estos regalos de Papá Noel o Reyes deriven en abandonos, que al final es una forma más de maltrato animal.

Con suerte, la vida les dará una segunda oportunidad y llegarán a un centro de acogida. En el albergue canino de Alcoy habitan cerca de 200 perros y gatos afortunados. Sí, y digo bien, porque un alto porcentaje de mascotas abandonadas mueren antes por hambre, atropello, enfermedad, o aplastadas en el interior de un contenedor de basura. La labor de la Protectora aquí es encomiable, ofreciendo salida a estos animales necesitados a través de la adopción y ahora también mediante el apadrinamiento, que implica colaborar con la entidad en la manutención de uno de estos seres indefensos. Hay muchas formas de involucrarse con esta asociación y contribuir al bienestar de los animales a su cargo.

Además, esta semana llegaban buenas noticias para la Protectora de Alcoy, ya que se va a ver beneficiada a través de los presupuestos participativos con una actuación valorada en 90.000 euros que supondrá el acondicionamiento de las actuales instalaciones del albergue canino. Casi un millar de votantes, la mitad de los participantes, se decantaban por este proyecto, eligiendo así mejorar las condiciones de vida de los animales residentes. Dijo Gandhi que el progreso moral de una sociedad se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales, así que aún no está todo perdido. O eso espero.

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