Vicente Juan García empieza a preparar el maratón extreme de Islandia

El ultrafondista vuelve a reencontrarse con el circuito mundial de autosufiencia tras no correr desde 2019

Vicente Juan García empieza a preparar el maratón extreme de Islandia
Con el fisio Jorge Soriano realizando un masaje de descarga en la clínica local Fisiojreig

Vicente Juan García está de vuelta. El ultrafondista de Villena afincado en nuestra ciudad desde hace bastantes años está dispuesto a recuperar un trono –si es que alguna vez lo perdió– en el calendario mundial de las pruebas de autosuficiencia, su gran especialidad. Hace escasos días que acaba de regresar de Costa Rica, donde a comienzos de mes se activó el circuito internacional de ultramaratones extremos tras más de un año sin carreras por la pandemia.

García acudió invitado por la Jimbee Volcano como parte importante del entramado organizativo de uno de los circuitos más prestigiosos a nivel mundial. Su prestigio sigue intacto y es la segunda vez que acude a esta llamada. Fue con todos los honores, como director de carrera de la etapa reina y el resto de días formando parte del equipo de marcación, lo que le llevó a realizar el mismo recorrido que todos los participantes y convivir con ellos en la burbuja anticovid que se creó desde el mismo día que llegaron al campamento itinerante.

“Ha sido una experiencia increíble”, asegura Vicente Juan García. “La Volcano Costa Rica es una de las carreras de ultrafondo más bonitas y exigentes del mundo. No solo para los participantes, también para los que formábamos parte de la organización. Nos levantábamos a las 3 de la mañana, de noche y teníamos que atravesar la selva, muchas veces recorriendo ríos durante varios kilómetros con el agua al cuello. En una etapa estuvimos seis horas metidos en un río hasta que pasó el último participante. Debido a la alerta amarilla tras tres días diluviando, se tuvo que suspender la quinta etapa. Se hizo muy duro al final”, reconoce.

Su mayor alegría estuvo en el reencuentro con la competición. Desde su participación en la Badwater en pleno verano de 2019, prueba que se disputa en el desierto de Mojave al sureste de California (EEUU), que Vicente Juan García no tenía dorsal en una prueba de ultrafondo del circuito mundial. El año pasado tuvo una pequeña incursión en el asfalto a modo de preparación, logrando la mínima para disputar el Nacional de Medio Maratón tras hacer la mínima de 1h14, pero tanto después en Sevilla como en la prestigiosa Badwater no logró acabar y se tuvo que retirar.

FATIGA CRÓNICA TRAS DIEZ AÑOS
“Llegué a preocuparme, habían demasiadas coincidencias y el problema estaba en el cansancio, mi cuerpo no asimilaba tanto entrenamiento y sufría fatiga crónica. Después de diez años sin parar, decidí descansar, tomarme mi tiempo y aproveché el confinamiento para perder la forma y empezar otra vez de nuevo. Había que reprogramar mi cuerpo para volver a planificar otra temporada. Mi cabeza decía una cosa y mi cuerpo otra completamente distinta. No era capaz de rendir acorde a la planificación que hacíamos. Había que regenerar y con esa mentalidad he afrontado estos últimos meses”, desvela Vicente Juan García.

La Volcano Costa Rica fue un primer paso hacia ese esperado regreso tras tanto tiempo alejado de las competiciones. Esa toma de contacto resultó muy productiva, no solo físicamente porque fue parte activa de la carrera, también mentalmente para afrontar los retos que se le vienen encima en las próximas semanas. Su cabeza ahora mismo pasa por el maratón de montaña de 55 kilómetros que disputará a finales de mayo en Portugal. Será su primera carrera desde 2019. Aunque el gran objetivo del año a falta de que se vayan confirmando el regreso de más pruebas, será tres semanas después con la celebración del 25 junio al 5 de julio de la Volcano Ultramarathon Iceland que tiene lugar en Islandia. Se trata de la misma organización de la Volcano Costa Rica y es puntuable para el mismo circuito mundial de ultrafondo en autosuficiencia. “Se está preparando una bonita carrera, con gente muy importante de todo el mundo y quiero estar”, ha confesado el ganador del Gran Slam de los 4 Desiertos y también del Gran Slam de los 5 Continentes (supone llegar a meta en una carrera de 100 millas en cada continente y en un año).

RECUPERAR SENSACIONES
“En Portugal iré a probarme, a ver cómo estoy después de tanto tiempo sin competir, cómo me funcionan las piernas, para en las siguientes tres semanas afinar la preparación y llegar en buenas condiciones a la Volcano de Islandia. Mi intención es estar delante pero ahora mismo todo es una incógnita”, razonó Vicente Juan García.

En la tierra de fuego y hielo le espera una carrera de 280 kilómetros, 30 más de lo habitual y con una etapa reina el sexto día de competición de 86 kilómetros. Aunque más que el volumen de kilómetros acumulados, lo que más le preocupa son las bajas temperaturas y jornadas con 22 horas de luz que pueden afectar al descanso diario.

A todo ello, afrontará el ultrafondo de Islandia con 45 años recién cumplidos, algo que para él no es un obstáculo ni mucho menos. “Sé que están llegando nuevos corredores al circuito, corredores más jóvenes y mejor preparados, pero es algo que no me quita el sueño. Puedo tener otras ventajas, como conocer mi cuerpo, dosificarme, la elección de material, la experiencia de muchos años en el circuito internacional. En estas carreras no gana siempre el más fuerte”, esgrime.

Es consciente que afrontará esta primera cita falto de ritmo tras la descarga física de los últimos meses. “Estoy trabajando por ciclos, incrementando cada vez más las cargas, la intensidad y la fuerza. También trabajo mucho el descanso, es parte fundamental del entrenamiento, a modo de prevención de lesiones”, explica.

Su primer objetivo es volver a ser competitivo. “En el momento que vuelva a ser yo mismo, estaré tranquilo. Si de algo puedo presumir es de dar siempre lo mejor de mí mismo en cada carrera. Luego están los factores que rodean a cada prueba. Cada vez la competencia es mayor y los tiempos más apretados. Hay corredores que son capaces de salir con 6 kilos en las mochilas, algo muy complicado de gestionar con tantos kilómetros”, indica.

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