Fin del fastidioso pitido del Ensanche

Todo indica que era producido por un fuga de gas detectada en una azotea

Calle San Isidro, donde se intervino y entonces dejó de sonar el silbido.

Finalmente ha sido resuelto el que se ha dado en denominar como el ‘misterio’ del pitido del Ensanche, que ha mantenido en vilo a los vecinos de este barrio durante más de una semana. Y si no se ha dado con el origen del molesto sonido, al menos ha desaparecido de una vez.

Todo indica que era debido a una fuga de gas natural, puesto que dejó de escucharse justo después de que una empresa suministradora de este servicio acudiera a un domicilio alertada por un vecino, que notaba un fuerte olor a gas. La supuesta fuga fue detectada en la azotea de un edificio de la calle San Isidro, que discurre perpendicular al parque de la Font de l’Horta, uno de los puntos donde más fuerte se oía el pitido según el testimonio de los afectados.

Esto último ocurrió el pasado sábado por la tarde, a eso de las seis y media, quedando reparado el posible escape ese mismo día. Esta circunstancia coincide con el momento en que desaparece el desagradable silbido, tal y como dejan constancia los vecinos a través de las redes sociales en horas posteriores y sobre todo a lo largo de la jornada del domingo.

Fuentes municipales han informado a este periódico que el 10 de febrero, tres días antes de dar con el presunto origen del problema, la misma empresa suministradora de gas respondió a un aviso del propio Ayuntamiento y tras una revisión de la estación reguladora ubicada en la calle Pintor Cabrera, la compañía negó que el incómodo zumbido pudiera proceder de aquella instalación.

Respecto al escape localizado y reparado el pasado sábado en un inmueble de la calle San Isidro, la suministradora descarta cualquier situación de peligro en caso de haberse prolongado la situación unos días más, ya que al conocerse el origen del problema fue inevitable pensar en otros incidentes más graves, como la explosión ocurrida en Madrid recientemente, que fue atribuida a una fuga de gas. Fuentes municipales consultadas han confirmado a este medio que el hecho de que la instalación afectada se encontrara en lo alto del edificio y en una zona exterior, hacía bastante improbable el temido riesgo de deflagración.

Con todo, el Ayuntamiento comunicaba el lunes que durante el fin de semana y “gracias al aviso del vecindario, nos hemos enterado por las redes sociales que un técnico de gas ha resuelto este problema de ruido localizado en la terraza de un edificio”.

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