La memoria del Alcodiam

Personas como Paco Llácer hacen que los clubes tengan personalidad propia, que no sean simples lugares de paso para jugadores, técnicos y dirigentes, que el gen que define su ADN no se pierda y que perdure con el paso del tiempo. Esa dedicación, esa lealtad a unos colores, es lo que la actual directiva del Patín Alcodiam ha querido reconocer con el homenaje sorpresa que le prepararon sus compañeros de junta a quien durante más de tres décadas ha dedicado mucho tiempo a trabajar desinteresadamente con la simple satisfacción de colaborar y ayudar.

Empezó a entrenar sin haber jugado nunca a hockey, ha dejado testimonio de la historia del club desde sus orígenes con la publicación de un libro y ahora se está planteando escribir una segunda parte para dejar constancia de lo que han sido estos años en la OK Liga. “Siempre trabajando desde la sombra, nunca me han gustado los focos, lo mío ha sido estar en un segundo plano y colaborar en lo que hiciera falta”, confiesa el veterano dirigente.

Paco Llácer, que ahora tiene 69 años, es historia viva de lo que es uno de los episodios más bonitos y brillantes del deporte local: el ascenso y posterior consolidación del Patín Alcodiam en la élite estatal del hockey sobre patines. Vivió de primera mano el proyecto para llevar al equipo hasta lo más arriba, después de aquel histórico ascenso y posteriores años con el pabellón B del Francisco Laporta a rebosar de entusiastas aficionados, y asiste con cierta resignación a esta etapa marcada por el fallecimiento de Lionel Grau, durante mucho tiempo mecenas y alma del club.

Puede leer el artículo completo en la edición de El Nostre del sábado 9 de febrero.

Foto: Paco Llácer, en el centro, durante el homenaje sorpresa que le realizaron sus compañeros de junta.

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