Le pese a quien le pese

El tema de la mujer en la Festa, en Alcoy, daría cuanto menos para una trilogía, porque hacer una saga tipo Harry Potter, la verdad es que lo veo más complicado, aunque oye, nunca se sabe.

Esta semana tendrá lugar una nueva secuencia de esta trama en la que se sabrá si la Ordenanza festera se adapta al avance de la sociedad. Así se podría decir a grandes rasgos, aunque quien conozca la Festa alcoyana, sabrá que este asunto entraña mucho más que unos votos o que se dé luz verde a que las mujeres puedan desempeñar algunos cargos –de momento no tendremos ‘Sant Jordieta’–, si bien, en la vigente Ordenanza no se prohíbe detalladamente que las festeras puedan ser capitán o alférez.

La propuesta llega tras muchos meses de trabajo y uno de los aspectos más destacados es que se elimina la diferenciación por género, especialmente en el caso de los trajes festeros.

Ha costado. Los cambios molestan, los avances, también molestan, si no a unos, a otros, pero la realidad es que la Festa de la Sheila García de 20 años no tiene nada que ver con la de la Sheila de 30, ni la Festa, ni tampoco la concepción de la gente.

Más que unos votos o que una propuesta, considero que es una declaración de intenciones en toda regla, y además, una declaración absolutamente inimaginable hace poco más de una década, aunque ya estábamos en el siglo XXI.

Todo cambio importante requiere de su tiempo, también es cierto que esta propuesta no tiene nada que ver con ‘empezar la casa por el tejado’. Son muchos años de incorporación progresiva, de que incluso las propias mujeres aparten de su mente una situación normalizada en la que ni siquiera podían comer con su pareja en la filà y que eso les pareciese bien, que oye, si es por decisión propia, ole, pero como prohibición, pues va a ser que no.

El hecho de que una niña abriese la veda a ostentar un cargo como fue Abril Albero, abriéndole el camino a las dos sargentas de este año, también es una declaración de intenciones, una declaración que refleja el avance de las nuevas generaciones con unas edades en las que las diferenciaciones no tienen, por suerte, cabida.

Pese a quien le pese, esto avanza, y para aquellos o aquellas que están pensando en cumplir con el rigor histórico, que este argumento no sirva únicamente para hablar de la mujer en la Festa, y no de otros aspectos de estos festejos, que los hay, y además, para hablar largo y tendido.

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