Madre

Me tomo la licencia de escribir un artículo dedicado a mi madre, ochenta años bien valen la pena.

Y os pido que sigáis leyendo porque a pesar de ser un escrito muy personal estoy seguro que cada palabra escrita la haréis vuestra. Madre una palabra tan sencilla y que significa tanto, sin embargo si buscamos su significado veremos que sólo hacen referencia a una mujer que ha tenido un hijo o más. Y si buscamos, mamá, poco nos amplía su significado, ya que nos dice que es una manera cariñosa de llamar a la madre.

Madre aquella mujer que está por encima de cualquier persona que nos pueda amar. Aquella que estuvimos dentro de ella, la que nos tuvo en sus entrañas durante un largo tiempo; alimentándonos, dándonos todo su amor sin habernos tenido en sus brazos, sufriendo nuestras patadas y movimientos dentro de ella, sufriendo dolores en los riñones, ardores, nauseas, mareos, continuas ganas de orinar, fatiga, cambios en el estado de ánimos, ansias por algunas comidas o asco por otras, todo entre otras cosas que sufre una madre por causa nuestra.

A todo esto tenemos que añadir su trabajo habitual y además llevar la casa, cocinar, planchar, limpiar, etc. Aunque haciendo honor a la verdad, en aquellos años la mayoría de mujeres dejaban de trabajar cuando se casaban. Hoy en día eso no pasa, y ahora hay muchos adelantos que ayudan a las labores, también cuentan con la ayuda del marido, con todo esto se lleva la casa adelante. A todo esto, como primogénito que soy, sólo me tenía que criar a mí, pero duró poco, ya que mi hermana vino a los trece meses. Se contaba también con la ayuda de mis abuelas, la materna vino a pasar unos días y se quedó en casa hasta que Dios tuvo a bien llevársela a su presencia después de muchos años, y la abuela paterna venía a la carrera cuando terminaba de trabajar para echar una mano.

Tantas noches sin dormir por nuestros lloros, dolores en los pechos de tanto dar a mamar,haciendo de enfermera, de maestra ayudándonos con los deberes escolares,haciéndonos reír como el mejor de los payasos, siendo pañuelo de lágrimas cuando necesitamos llorar, un ejemplo en nuestra vida para que fuésemos personas con principios, valores, honrados, con honor. Con ojos como lechuza esperando nuestra llegada a casa en nuestras noches de salida nocturna. Una magnífica cocinera en la que los mejores cocineros del mundo no le hacen sombra, Nuestro escudo delante de los ataques, guerrera que nos defiende a capa y espada, aquella que cubre con amor todos nuestros defectos e incapacidades. La que es capaz de encontrar aquello que no vemos delante de nuestras narices, la que se quita el pan de su boca para que nada nos falte y además sin que nosotros nos demos cuenta, todo ello sin esperar nada a cambio.

Madre, ese ser tan especial, sinónimo de amor incondicional, la que nos abraza ante nuestros temores, la que siempre nos escucha, la que aplaude cada logro que conseguimos y la que nos sostiene en los fracasos. Madre significa: sacrificio, dedicación,entrega. Renunciar a muchas cosas por sus hijos, el pilar de la familia, la que reparte amor por donde pisa. Madre, mucho más que una simple palabra, es un sentir profundo que nos llena de paz y amor.

Mi madre, esposa intachable, la que fue una hija ejemplar, una maravillosa hermana, la tía perfecta, la madre abnegada, la abuela entregada y amorosa, incluso ahora ejerciendo de bisabuela, disfrutando de toda la familia y nosotros de ella, esperando que sea por muchos años. Muchos son los textos bíblicos que hablan de ellas y yo he escogido varios del libro de Proverbios.

“Mujer virtuosa ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a las de las piedras preciosas”

“Muchas mujeres hicieron el bien. Mas tu sobrepasas a todas”.”Se levantan sus hijos y la llamaban bienaventurada; y su marido también la alaba”.

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