Paco Fuster, nacido para el deporte

Se puede decir que Paco Fuster y yo somos amigos desde bien jóvenes. Los primeros recuerdos que tengo de él son los de un joven de unos 16 años que corría por Alcoy, haciendo lo que se suele llamar la volta als ponts. Corriendo, cuando en nuestra ciudad eso de hacer running no lo hacía casi nadie y era algo chocante verle solo a él.

Por esa época, Paco Fuster estaba estudiando el Bachillerato en el Instituto Pare Vitòria. Asimismo, ayudaba en el negocio familiar a sus padres Rafael Fuster y María ‘La Coquera’, que era como se conocía popularmente a su madre en el horno moruno ubicado en la calle Sant Joan. Por cierto, nunca he comido unos pastissets y una coca amb tomaca tan buena como la que hacían ellos. Era todo un placer pasearse por delante del horno. Aunque únicamente fuese por el olor que salía de la casa, solo por esto, valía la pena acercarse por aquel enclave tan sugerente. Los padres de Paco llevaban el oficio en la sangre y eso se notaba en los productos que realizaban de gran calidad artesanal.

Siendo muy joven, ya mostraba sus dotes de líder. Era un chico talentoso para su edad y muy pronto obtuvo el título de entrenador Nacional de Atletismo, más tarde fundo el club Atletisme 23. Recuerdo que comenzaron a realizarse las primeras carreras populares en Alcoy con gran éxito. A su vez, creó la primera escuela de atletismo alcoyana. Fue como una factoría, puesto que de ella salieron un sinfín de grandes atletas, algunos aún en activo.

Mi memoria evoca, como si fuera hoy, nuestras largas sesiones de charlas en El Parterre o en la desaparecida cafetería Manila. Rara era la tarde que no se nos viera a la extensa saga de amigos debatir en esos escenarios de la añorada juventud. Josele Blanquer, Alfredo Llopis, Paco Vicedo, Santi Seguí, Luis Liberto Gandía, los hermanos Nicolau y el fallecido, y al que siempre tendremos presente, José Manuel Ferri ‘Chema’, así como alguno más, formaban parte del grupo de amigos con muchas inquietudes.
Era frecuente vernos, sobre todo los fines de semana. Pasábamos horas y horas sentados en algunas de sus mesas, aunque la preferida era una que daba a la calle. La verdad es que éramos una pandilla de lo más variopinta. En la cuadrilla había de izquierdas, de derechas y algún que otro facha, pero era tal el cariño y el respeto que sentíamos los unos por los otros que estas cosas nunca fueron motivo de discordia. Eso sí, había mucha discusión y debate.

Muy pronto cada uno acentuó su pensamiento político y empezamos a militar muchos de nosotros en diferentes partidos. Paco Fuster, Rafa Jordá y Alfredo Llopis en La Joven Guardia Roja. Santi Seguí en el PCE. Yo empecé a tener los primeros contactos con el Partido Socialista Obrero Español en la clandestinidad de la mano de los ya fallecidos Laureano Francés y Ángel Rubio, hasta que finalmente me afilié al PSOE a mediados de los años 70. El resto de amigos o no militaron o lo hicieron más tarde, como lo hizo mi añorado amigo ‘Chema’, que lo hizo en el PSOE.

Con la llegada de la democracia tuve el placer de ser elegido concejal en la primera legislatura. Primero ejercí como edil de Juventud y más tarde de Deportes. Al poco tiempo de aterrizar en esta última concejalía, ya estaba cavilando qué se podía hacer para darle la vuelta como a un calcetín a la política que había en aquel entonces. Pensé que, si quería avanzar en ese campo en el cual estaba todo prácticamente por hacer, debía rodearme de gente con talento y que estuviera dispuesta hacer frente a los palos que se nos ponía en las ruedas. Y qué duda cabe que esa persona no podía ser otra que Paco Fuster.

Gran parte de mis quince años al frente del deporte de Alcoy también lo estuvo Paco colaborando conmigo. Primero como director de actividades y luego de las instalaciones. Hablar de Paco es hablar de una persona de una gran creatividad y de un trabajador inagotable. Su cabeza no para. Siempre me estaba exponiendo propuestas de nuevos eventos para hacer. Yo, medio en broma, le decía en más de una ocasión: “Paco, si pusiéramos en marcha todas las propuestas que me presentas, necesitaríamos todo el presupuesto municipal y aun así no tendríamos suficiente”. A pesar de todo, me decía: “Yo te presento y tú eliges”. El muy pillo sabía que me dejaba una patata caliente encima de la mesa, porque todo lo que me mostraba no había Dios que dijera no, a casi ninguna de ellas era imposible negarse.

En la época que Paco estuvo colaborando conmigo se cambió la política deportiva por completo. La anterior venía del viejo Movimiento Nacional y había que ponerse manos a la obra para relanzar la ciudad al mismo ritmo que en la vertiente urbanística o la cultural. Los dos, entre mucha más gente del equipo de trabajo que llegué a montar, sabíamos que no podíamos perder el tiempo y que había mucho por hacer porque la parcela de Deportes era un erial, como en muchas otras cuestiones de la ciudad, y eso era todo un reto para los que por aquella época estábamos al frente del gran colectivo de deportes.

En este artículo no enumeraré todo lo que hicimos juntos en esa época –un gran equipo de mujeres y hombres– porque eso me lo reservo para otros en los que haré un minucioso resumen de todo un legado que dejamos en Alcoy los socialistas a los que nos tocó gobernar más de 20 años en la ciudad, y que, al parecer, a esta nueva hornada del actual socialismo les da vergüenza reivindicar. Pero yo sí quiero reconocer que mucho de lo que hicimos e innovamos en las actividades deportivas se lo debemos en gran parte a Paco Fuster.

Cada vez que leo algo del Trail Solidari Alcoi, me doy cuenta del potencial creativo de Fuster y de cómo ha sido capaz de hacer de una simple carrera un acontecimiento de carácter nacional. Recuerdo el día que me comentó la idea que le iba rondando por la cabeza. Pensé que esa aventura deportiva, sin la ayuda de un gran club que la respaldara, era muy difícil realizarla. No obstante, conociendo a Paco, no hay reto que se le resista. Enseguida supe que no habría impedimento alguno y que el proyecto se llevaría a cabo. Y así fue. Supo crear un gran equipo de colaboradores, la gran mayoría amigos y todos como en Fuenteovejuna. Ha conseguido llevar a cabo un gran evento de primera magnitud y colocar una vez más a Alcoy en el mapa como capital de uno de los deportes más bellos que se pueden realizar en familia o entre amigos.

Y en relación al Trail Solidari Alcoi, no me gustaría dejar de reseñar algo que tiene mucha importancia y de lo que todos los alcoyanos nos debemos sentir tremendamente orgullosos de lo que se ha conseguido para la ciudad, como es el Congreso -Jóvenes Investigadores- Trail Solidari, donde todos los años se dan cita los científicos más cualificados del tratamiento contra el cáncer y todo esto es gracias al enorme equipo que ha sabido crear Fuster. Paco siempre ha tenido claro que no se puede poner límites a los sueños. Cuanto más soñamos, más cerca encontramos la meta de la solidaridad colectiva.

Tengo que reconocer que no soy una persona envidiosa. Solo le envidio en un aspecto a mi amigo Paco Fuster, los dos hijos que tiene: Mauro y Alex. Los he visto crecer y los quiero como si fueran de mi propia familia.
Podría escribir cientos de folios sobre Paco Fuster, pero luego el Director del Nostre Ciutat me dice que sea más breve en mis artículos, debido a que no dispone de espacio. Sin embargo, en este caso supongo que me perdonará porque la persona se lo merece.

Estimado Paco, decirte finalmente que los camaradas de las mil y una batallas son los que están cuando celebramos nuestros logros. Con quienes compartimos nuestras aficiones e inquietudes. Quienes nos dan el mejor consejo cuando lo necesitamos. Y sobre todo, los que están con nosotros en nuestros peores momentos, y tú, mi estimado amigo, lo has estado siempre. Desde aquí te agradezco por siempre todo lo bueno que me has aportado en el tiempo que permanecimos trabajando juntos, compartiendo un proyecto común, y por tenderme siempre la mano amiga. Mil gracias.

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