Perder las normas

Está visto que ser aficionado del Alcoyano significa estar en permanente cabreo con el mundo, que aquello de la tranquilidad es un lujo al cual no tiene acceso el seguidor alcoyanista en los tiempos que corren. Digo esto por lo sucedido el domingo ante el Ebro, un partido que de inicio parecía tener un brillo especial. El equipo venía de ganar en casa del Espanyol B, aún estaba muy fresco el empate en el descuento contra el Villarreal B, y jugadores como Braulio y Eldin venían de dar síntomas de recuperación en ambos partidos. La tarde también era agradable y en las grada se vio más público del habitual con las invitaciones de las donaciones de sangre. Lo cierto es que el encuentro invitaba al optimismo y muchos de los que estábamos el domingo en el Collao nos lo llegamos a creer, hasta que un tal Raúl González, 9 del Ebro para más señas, por el cual el Alcoyano llegó a pujar fuerte este verano tras jugar el año pasado en el Ontinyent, nos devolvió a todos a la cruda y dura realidad. Lo que empezó siendo una tarde en la que confiábamos que por fin el Alcoyano iba a encadenar dos victorias consecutivas, acabó convirtiéndose en otra pesadilla que derivó en un monumental mosqueo de la grada que acabó despidiendo al equipo con una sonora pitada y al técnico con una pañolada y gritos de “¡Vicente Mir vete ya!”. Creo que no me equivocaría si dijera que en vez del 2-2 con el que acabó el partido contra el Villarreal B hubiera terminado con el 0-1 del domingo, se habría escuchado algún grito pero no la pitada que se oyó al terminar el partido del Ebro eporque el Villarreal B demostró ser mejor con momentos en los que lo bordó. El Collao está harto de que llevemos cinco meses de competición y estemos peor que al principio de liga. De ahí que me sorprenda que Vicente Mir, al que se le paga por tomar decisiones y su primera decisión el domingo fue quitar a Eldin, de quien él ha dicho está entre los mejores jugadores de la categoría, en un momento donde los nervios están a flor de piel, tenga el temple por decirlo de forma fina de desafiar al millar y pico de aficionados que estaban en el campo dejando claro que “hemos hecho un partido de la hostia, no sé que partido habéis visto”. Después que tu equipo lleve tres meses sin ganar en casa, se deben utilizar otros argumentos para justificar una derrota y más cuando estás a dos puntos del descenso que decir que “la posesión ha sido nuestra” y “el equipo lo ha dado todo en el campo”. Eso en octubre igual colaba, pero en febrero y con todas las cartas boca arriba, suena a que la mejor defensa, es un buen ataque, por aquello de que en sus tiempos de futbolista lucía el 9 a la espalda. Si no fue suficiente con decir que todos estábamos equivocados y que habíamos visto un partido diferente a él, su despedida de la rueda de prensa fue apoteósica, lanzando un “¡Ya tenéis noticia, no es lo que queríais!”, para dar un puñetazo sobre la mesa y marcharse de la sala de prensa con un portazo. Creo que lo último que se debe perder son las formas y Vicente Mir las perdió el domingo tras el partido. ¿Habrá disculpas?, mucho me temo que no. Mañana la Comisión Deportiva tiene previsto abordar la situación del equipo, veremos que pasa.

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