Vaso medio lleno

Tenemos la mala costumbre de quejarnos demasiado de todas las cosas. Y eso hace que no acabemos de ser felices, ya que son muchos los que no disfrutan de la vida.
El pesimismo o lo que es lo mismo, la falta de optimismo, inunda nuestra vida, incluso cuando algo bueno nos ocurre siempre tenemos un pero. Y ese pesimismo es el que en muchas ocasiones nos hace sufrir y con ello tenemos que ir con mucho cuidado ya que según estudios, se demuestra que la gran mayoría de personas que se suicidan no lo hacen porque quieren morir, sino porque quieren dejar de sufrir. Según la Organización Mundial de Salud son más de 800000 personas que se quitan la vida en el mundo al año. Y lo que es peor, en España una de las primeras causas de muerte, sino la primera en adolescentes y jóvenes, es este horrible suceso. El builling, el builling electrónico, el sexo en redes sociales , hacen que muchos de nuestros jóvenes tomen esa fatal decisión.

En el caso de los adultos la mayoría de causas son el desempleo, la presión social, la crisis, el desahucio, y yo añadiría la envidia. Hay muchos que sufren por no poder tener lo que tienen los otros.

O ser superiores, bien sea en el trabajo, por dinero, estatus social etcétera… Aunque la verdad no hace falta llegar a quitarse la vida para ser zombies, muertos vivientes. Algunos son verdaderas almas en pena que con tanto mirar a los demás, por tanta queja no les deja ser felices.

Yo hace muchos años escuché una frase que la hice mía y la tengo como un lema en mi vida. Feliz con lo que tengo. Esa es, buscar el lado positivo de lo que pasa en nosotros o en nuestro alrededor. Ver el vaso medio lleno. Buscar ser feliz, hacer felices a los que están a nuestro lado.

Si estás harto de que tu hijo no arregle su habitación o se pase el día viendo la tele o jugando con el móvil, significa que está en casa.

Si no sabes por donde meter mano a tu casa después de una fiesta, es que tienes amigos, familia.

Que has ganado unos kilitos y la ropa te aprieta, señal que tienes suficiente para comer. Si siempre tienes alguna chapuza en casa, es que la tienes. Si estás desesperado por aparcar, es que coche tienes.

Si aborreces a tu despertador cada mañana al escuchar su sonido, es que estás vivo.
Mira lo bueno; en estos momentos tengo a un amigo que está sufriendo muchos dolores debido a una intervención quirúrgica y ya lleva unas cuantas, y quizás le quede alguna más. Sufre él en lo físico, pero también su familia, sus amigos. Y a pesar de ello , damos gracias porque lo podríamos haber perdido en aquel trágico accidente y sin embargo está entre nosotros, a pesar de la dificultad y el dolor, su fuerza y su optimismo es todo un ejemplo para todos.

Intenta ver la parte positiva de la vida de lo que nos ocurre y verás como te encuentras mejor contigo mismo y los demás lo notarán y seguro que tu felicidad se multiplica.
Recordad que el optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia , radica en el enfoque con que se ven las cosas. Empeñarnos en descubrir lo positivo que tienen las personas las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y lo contrario radica en la manera de ver las cosas. Empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desanimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones , ventajas y posibilidades, la diferencia es mínima, pero tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestra actitud.

Y como dice en el libro de Filipenses 4:4

Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.

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