Yo no vacuno a mi hijo, lo siento

Yo no vacuno a mi hijo, lo siento, pido perdón al que sienta esto como una afrenta. Yo no estoy vacunado ni me voy a vacunar, me disculpo también si ofendemos a alguien por tal ultraje a su honor. No queremos sufrir bullying ni discriminación ni mi hijo ni yo, ni en el cole ni en la calle ni en el hospital ni en la tienda, no queremos ser marginados por ser egoístas malísimos ni arrinconados o encerrados de forma abyecta, así que nos quedaremos encerrados en casa, y en mi situación privilegiada de funcionario docente y hasta que me suspendan de empleo y sueldo, me sancionen o lo que sea, compraremos comida por Glovo, nos educaremos con Netflix y otras plataformas, filosofaremos con Alexa… y ya está, cap problema.

¿Va en serio? Lo siento, lo digo de nuevo en voz alta y a pecho descubierto, me parece una ABERRACIÓN que los colegios de la Comunitat Valenciana se conviertan como si nada en vacunódromos infantiles de un suero aún experimental que nos hacen colar como vacuna segura y eficaz… claro, y para ello, cómo mínimo anual, por lo que se ve ya… Tercera dosis seguro (y será por culpa de los pocos que no se vacunan, és clar), cuarta, quinta y cuántos chutes más. Quinta, sexta, séptima, enésimas olas llegarán. Alfa, Delta, Omega, Omicron… y cuántas letras del alfabeto griego quedan ya!? Por favor!

Estudié griego en un instituto de Alcoy, muy cercano de otro donde doy clases de Valores y Filosofía hoy por hoy, muy cerca de un colegio de infantil y primaria donde quieren poner a mi hijo en fila india y meterle en vena no se sabe bien qué pócima mágica -eso no es medicina ni ciencia sino farmacéutica- que sirva de remedio temporal o cutre apaño a la nueva oleada, como ya me hicieron a mi en un cercano colegio salesianos más o menos a su edad. Bribonazos que van de buenísimos, nada nuevo bajo el sol, lo siento si me repito. Y es lo que tiene vivir en Alcoy y, en realidad, en estos tiempos globalizados de aldeanos tecnificados de hoy, también en cualquier otra parte del mundo: todo está en realidad a dos pasos, muy cerca, conectado… así que todos estamos unidos en esto, unos y otros, lo queramos o no…

Ximo Puig disfraza el chantaje miserable y los cartuchos liberticidas de medidas fascistas pidiendo «complicidad» a los padres, y nos «anima» a que autoricemos la «vacunación» de nuestros hijos a – de momento dos- inoculaciones de un suero experimental de Pfizer/ BioNTech que utiliza por primera vez ARN mensajero en la historia de las vacunas (qué cosa sea eso, qué efectos secundarios a corto, medio y largo plazo, quién es responsable, todo eso no va con ellos ellos, claro). Y todo ello express y a salto de mata y de ley. Yo por si acaso ya tengo el escrito preparado para presentar -sello mediante- en el centro de mi hijo y ese día no lo llevaré al cole, just in case. Así mejor: dejar constancia explícita por escrito y con buena letra. Es un aberración, me reitero, y un absurdo, «vacunar» a un niño sano por mucho que aumenten los contagios con un algo que no evita los contagios y disminuye apenas la carga vírica -si lo hace, pues no está permitido el debate- sino, al parecer, sólo minimiza los efectos graves de los ya enfermos y sólo durante un breve período de tiempo y a un precio que aún ni sabemos.¿Hola? ¿Perdonaaaa? ¿Hay alguien ahí? Hay muchas más voces y no están solas en el desierto…

Como defendí en anteriores artículos («Yo no estoy vacunado, pido perdón» y «Todos somos filósofos») en los periódicos locales que se atrevieron a publicarlos sin la censura de otros chungos tiempos, sigo creyendo que cualquiera que use su sentido común con un mínimo de inteligencia puede ver el dislate aberrante del asunto. De hecho, creo, que a medida que pase el tiempo va a ser más fácil hacerlo.Ya será tarde, eso sí, para algunos. Así que ya es o será en algún momento una evidencia para cualquiera que dedique un mínimo de atención e investigación honesta al asunto. No hace falta: formar parte de un desconocido comité de sabios a posteriori inexistente, ni de un gabinete científico subvencionado o de anónimos expertos interesados (¿de verdad que hay consenso científico? ¿y quién y cómo define la «seguridad colectiva», el «bien general»?), no hace falta ser culto ni cultureta, ni gozar de formación académica o afiliación política alguna ni malpensar o desconfiar de corporativas farmacéuticas que no resisten la hemeroteca, ni ser negacionista, conspiranoide ni nada por el estilo. Sólo hace falta una única cosa… pensar por ti mismo!! Es lo que tiene el sentido común, con todo (y me sigo reivindicando en ello), es el más común de los sentidos, incluso los lobos con piel de cordero que señalan con el dedo al otro como egoísta e insolidario antes de lapidarlo o crucificarlo son animales racionales, a su manera. Así que es cuestión de tiempo… cada vez se ven más grietas, cada vez es y será más evidente para más penya…Y quizá pronto otros apagones mediáticos vendrán como egregor y para meter más miedo y más mierda. Cap problema!

Kant, otro filósofo aburrido de esos que no salían de su pueblo y que no sirven para nada, en su Respuesta a la pregunta ¿Qué es Ilustración? ya advertía que es mucho más cómodo que otros piensen por mi y me eviten así tan fastidiosa tarea y, retomando de Horacio esta sentencia, nos anima a otra cosa diferente al nostre ilustre -que no ilustrado- President: sapere aude, atrévete a saber, sé valiente para pensar por ti mismo. Así que cualquiera, tú también querido lector que hasta aquí otra vez llegas, puede sacar la cabeza -por un momento aunque sea- del discurso de momento oficial y de la narrativa perversa y maniquea, sea del cuño que sea. La mental pereza, ya se sabe. Pero igual algún que otro padre o madre se espabila y sale del armario cuando se trata de meter un suero en proceso de prueba experimental que incorpora material genético que quedará en su cuerpo para toda la vida en las venas de su descendencia… A ellos, y sobre todo a los otros, va dedicado este artículo, que haré público si no ceden a la presión en algún periódico que tenga a bien a ello. Demos la vuelta a la tortilla antes de que se queme más el huevo. Carbura, che, carbura, no seamos vino bueno en odres viejos… Personas imprescindibles ahora en tu vida un día dejarán de serlo. Así que, por todos ellos, defiéndete con astucia y con inteligencia lucha. Y una última: ¿qué es es lo que amas? Pues eso, resonancia… Gracias!

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