Como te digo una co… te digo la o…

El puchero es una comida estacional, porque aunque está rico siempre, con la llegada del buen tiempo, apetece menos. Es además un plato muy socorrido, ya que se suele hacer de más. Así que hoy, con ese caldo tan rico, toca arroz al horno. Como en casa somos buenos comedores, rara vez sobra suficiente puchero como para poder hacer croquetas, cosa que me da mucha rabia porque me encantan. La croqueta, es un plato muy popular y en mi casa, —cuando las hago— además de popular es también un plato muy socialista, porque, aunque tanto mi marido, como mis hijos han renunciado a la propiedad de mi persona, —el medio de producción croqueteril— no dejan de controlar y regular el reparto de los bienes, digo… de las croquetas. Menos mal que no es un plato IU, porque entonces directamente me las requisarían, como los pisos en Sevilla.

Ahora en serio, si hay una comida democrática, esa es la croqueta. Hay cientos de tipos de ellas. Una de mis favoritas es la que se hace con las sobras del cocido, aunque la más famosa y reconocida fuera de nuestro país, es la de jamón serrano. No podemos olvidar la clásica de pollo y a partir de ahí… todo lo que sobre en la nevera es susceptible de convertirse en una croqueta. Los restos de ayer, se pueden transformar en la delicatessen de hoy y de mañana. Podríamos decir que mientras que la resaca, es el futuro imperfecto de la bebida; la croqueta, es el futuro perfecto de la comida.
¿Serán el PSOE y el PP, pretéritos pluscuamperfectos de la política? Me da que sí, porque si hubieran o hubiesen hecho las cosas bien… ¡otro gallo nos cantara!

El miércoles jugó el Barça, bueno… jugar, jugar… digamos que no tuvo uno de sus mejores días, y ocurrió lo que la gran mayoría de españoles querían, que el equipo catalán se apeó de la Champions. Como barcelonista lo lamento, porque quería que ganara mi equipo, ¡es humano, ¿no?! Por cierto, soy del Barça, porque tengo la rara habilidad de saber separar fútbol y política, ¡fíjate! otros saben tocarse la nariz con la punta de la lengua…
El caso es que pasados los primeros momentos de berrinche, me di cuenta de que, contra todo pronóstico estaba feliz por el Atlético. Cuando lea esto mi marido, me retirará la palabra un par de días, pero es que es verdad. Además no creo que me pasara solamente a mí. Es lógico sentir atracción por el Cholo y su equipo, porque tienen una de las armas más poderosas que existen: El carisma que da la humildad.
La gente bien nacida, se suele poner del lado del más débil, o del que lo aparenta. Enseguida empatizamos con ellos porque los consideramos inferiores. Mientras los vemos o escuchamos, a nuestra cara asoma una sonrisa condescendiente. Pobres, —pensamos— ojalá les vaya bien. ¡Menuda chulería, ni Esperanza Aguirre embistiendo motos!
Luego, —y vuelvo a hablar de Simeone— es que hay que ver las cosas que dice. Le preguntan antes del partido que si tiene presión y contesta: Presión tienen los que no pueden llevar el dinero a casa para dar de comer a sus hijos. Nosotros tenemos una gran responsabilidad.
Ni al Real Madrid, ni al F.C. Barcelona, que ambas aficiones se mueren por sus huesos, el Cholo debería entrenar políticos.

Mañana, Domingo de Ramos, el que no estrena, no tiene manos. Cuando era pequeña, se aprovechaba la festividad para estrenar el primer conjunto de primavera, en todas las casas ocurría lo mismo. Desde alguna semana antes, el modelito estaba preparado y ese día, aunque nevara, —bueno, si nevaba, no— te lo colocabas. Ahora los padres son más prácticos, pero aún así, les viene de fábula lo del estreno ese día, porque, como los niños crecen por las noches, (como los pepinos) al llegar la primavera y hacer el cambio de armarios, siempre falta ropa y sobra niño.

Casi siempre que pienso en ropa, me vienen a la cabeza aquellos trajes sin factura del Sr. Camps, —tres, según Mariano Rajoy— y cómo Felipe González le aconsejaba que si no encontraba “Las facturas”, le pidiera ayuda a Fabra. Oye, nada de tonterías, ojito con lo que aconseja Felipín, que va a misa. Resulta que pactó con INDRA, una empresa tecnológica que nació con capital público cuando él era presidente del Gobierno, que si su hijo Pablo, era despedido antes del 2017, recibiría una indemnización. La misma, baja cada año que el “hijísimo” se mantiene en la empresa, pero vamos, que si lo despidieran hoy, cobraría 375.000 euros, ¡una fruslería!
Esta “protección” se entendería, si el vástago fuera imprescindible para la empresa, pero no; es fotógrafo. Tiene de tecnólogo lo que Paco Agulló de cofrade. Y nosotros unas tragaderas descomunales.

Y hablando de cofradías, por primera vez se ha colocado el cartel de Semana Santa, en la fachada de la Iglesia de Santa María, así que, el que guste, puede contemplar en la plaza de España, este otro cartel, además del de Fiestas.
Para algunos alcoyanos, la Semana Santa es algo más que un periodo de vacaciones, que también vienen bien, no diré que no. En Alcoy, además de procesiones, cultos, y vía crucis, esta semana va muy unida a nuestras fiestas patronales. El viernes y sábado, celebraremos el “Trofeo Filaes” y el domingo, la Gloria y las primeras “entraetes”. Y al que no le vayan ni procesiones, ni futbito, aprovechará las mini-vacaciones para tostarse un poco, por cierto, las previsiones dan un domingo de Gloria soleado y caluroso, pero los días anteriores… así, así.
Yo soy de procesiones y futbito, o sea, de las que se quedan en Alcoy, y cada Jueves Santo cumplo con el ritual de asistir a la Procesión del Silencio Cristo Agonizante, que sale a las 21.00 horas desde la Parroquia de San Vicente y San Antonio. Alcoy no ha destacado nunca por su Semana Santa, pero cada año somos más los que nos apiñamos en el “partidor”, para arropar al Cristo Agonizante y a la Virgen de la Soledad, acompañados por el son de los tambores y las cornetas, y de las saetas, rompiendo el silencio que acompaña su paso. Como diría Cruyff… ¡gallina de piel!

Send this to a friend