Islandia bien vale un viaje en Vespa

La necesidad de sacar a su fiel compañera de viaje de su largo descanso invernal y aprovechar el buen tiempo para sumar kilómetros por los lugares menos convencionales, hacen de Emilio Turrión un tipo especial y sus proyectos todo un desafío que convierten sus singulares aventuras en retos que le diferencian claramente del resto.

La última ‘locura’ de este farmacéutico de Muro, porque es la mejor manera de definir su vuelta al asfalto, será cruzarse Europa de sur a norte hasta llegar a Islandia y convertirse en el primer español que realiza este viaje en Vespa.

“En moto grande hay muchos que han hecho esta ruta, pero en Vespa no ha habido nadie aún y espero ser yo el primero. Incluso me atrevería a decir que tampoco en Europa, pero de ello no estoy seguro”, desvela Turrión, que estos días se encuentra en plena cuenta atrás.

Tiene previsto salir hoy martes en dirección a Barcelona. Por delante unos 5.000 kilómetros para ir y otros 5.000 para volver, utilizando dos rutas diferentes. En total, su intención es recorrer 12.000 kilómetros, puesto que una vez en Islandia tiene previsto realizar unos 2.000 kilómetros por esta isla situada al sur del círculo polar ártico.

Lo que hacen realmente genuinos los desafíos viajeros de Emilio Turrión son que los realiza a lomos del mítico scooter sesentero, una 200 comprada a un vecino de Cocentaina, que ni siquiera llega a los veinte caballos de potencia, nada que ver con las todopoderosas turismo de 1.200 de cilindrada que superan de largo el centenar de caballos, convirtiendo este proyecto en una gran aventura que le obligan a prescindir de las modernas autopistas para cubrir el mismo trayecto por carreteras secundarias.

A diferencia de la Vespa 125 que utilizó para recorrer Inglaterra hace un par de años o la 150 con la que el verano pasado realizó una parte de Estados Unidos, la 200 “está mejor preparada y es más indicada para las características de este viaje, con freno de disco, aceite separado y batería para poder conectar el GPS y la alarma”.

Todo comenzó hace ocho veranos cuando decidió completar 4.000 kilómetros por España con una Súper 125cc de 1967. A ese primer viaje le siguió otro por Menorca, su tercera incursión en Vespa ya le llevó a salir al extranjero y cruzar hasta Francia y de ahí a Polonia, totalizando 6.000 kilómetros y recorriendo doce países.

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