Luis Sainz recorre las carreteras más peligrosas del Himalaya en moto

La aventura, cuyas fechas se retrasaron por la pandemia, la ha realizado con otros cuatro compañeros

Luis Sainz recorre las carreteras más peligrosas del Himalaya en moto
Luis Sainz en la montaña Umling, la carretera motorizable más alta del mundo de 5.883 metros.

Hazaña sin precedentes la que ha realizado Luis Sainz en moto junto con otros cuatro valientes que decidieron emprender un viaje aventurero a la vez que peligroso por el Himalaya.

El pasado 2019, Luis Sainz, natural de Alcoy, empezó a gestar una de las rutas más peligrosas y emocionantes que haría en moto por las carreteras del Tíbet Indio. Luis, que trabaja en Pamplona, cenó una noche con varios amantes moteros y les contó su idea de surcar los montes más altos. Por culpa de la pandemia, las fechas tuvieron que ser pospuestas, pero no se vieron frenados en su intento de llevar a cabo esta idea.

Luis fue el que llevó la voz cantante por toda la preparación que ya llevaba hecha, y marcó los horarios y las diferentes etapas.

“Pensaba que cuando fui a Turquía la conducción era peligrosa, pero cuando hice este trayecto me di cuenta de la dificultad de conducir por estas carreteras. Te juegas la vida”, afirma Sainz.

Por la época en la que hicieron la travesía se encontraron con el conocido monzón indio, que se asocia a las lluvias y es producido por un cambio estacional en la dirección del viento, propiciando fuertes lluvias torrenciales.

“Nosotros queríamos arriesgarnos y hacer la famosa Killar-Kishtwar, que es la carretera más peligrosa del mundo. Dio la casualidad que el día después de hacerla nos pilló un fuerte monzón, aún así calzamos bien las motos y continuamos con nuestro viaje”.

A pesar de haber conseguido hacerla, Luis nos cuenta la odisea de la vuelta y las dificultades que tuvieron, temiendo incluso por su vida: “Al volver nos dimos cuenta de que era tal el agua que caía que empezaban a caer piedras y rocas a la carretera. Estábamos literalmente jugándonos la vida. Nos quedaba mucho camino por delante y teníamos altas probabilidades de que ocurriera una desgracia. No soy una persona temeraria, pero ese día le vi las orejas al lobo”.

Un viaje que sin duda recordará para toda la vida. “Esta aventura reunió todos los ingredientes que nos gustan, desde la lluvia hasta la calor y el granizo”.

AGRADECIMIENTOS 
Luis siempre ha querido recordar a tres personas que son muy importantes para que él pueda seguir haciendo estos viajes. Una de ellas es José Miguel Piñero, que siempre le acompaña con los típicos caracoles personalizados, además de los hosteleros Germán y Mauro, que siempre apoyan sus viajes.

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