Ganó el alumno

Los últimos Alcoyano-Villarreal B no estaban siendo partidos que dejasen indiferente en uno y otro bando, y el del domingo no quiso ser menos, no solo por el resultado sino por lo que sucedió durante su disputa. Llegaba el líder, un líder que estaba en boca de todos por su excelente arranque liguero. El Mini Submarino este año sí parece un equipo hecho a la medida de su técnico Paco López, y para el Deportivo se trataba de una oportunidad única de mostrarse, también para Palop. Sobre todo en el Alcoyano se quería saber la respuesta de esta plantilla llamada a hacer grandes cosas en una situación de exigencia. Y el equipo no defraudó, al contrario.

Por momentos lo llegó a bordar. No solo por la manera que tuvieron los jugadores de manejar la situación frente a un rival enrachado, no dejándole ni respirar con un fútbol atrevido y sin atajos, sino por la valiente respuesta que hubo desde el banquillo. El alumno Palop le ganó claramente la partida y de qué forma, al teóricamente maestro Paco López, con muchas más horas de vuelo en la categoría.

Si el año pasado fue el de Silla quien destrozó con ese 0-3 de noviembre pasado a Óscar Cano, en esta ocasión el de L’Alcúdia fue quien puso el partido patas arribas desde el mismo momento que los dos equipos saltaron al césped del Collao. No le importó para ello dejarse en el banquillo a dos de los pilares de este proyecto, Fran Miranda y Abraham, sobre todo el canario, que ha ido de más a menos en este primer mes de competición, mientras que Devesa ni siquiera se vistió y vio el partido desde la grada. En su lugar puso a dos debutantes: Mode y Mustafá. El saharahui, que comenzó tímido y perdiendo balones, acabó el partido como un avión y metiéndose a la afición en el bolsillo. Buena pinta tiene este fichaje. No contento con eso, también cambió de sistema y desterró el 4-2-3-1 con el que venía jugando últimamente para utilizar un 4-3-3 que se ajustó como un guante. Palop tras el partido no podía ocultar su doble satisfacción, tanto por la victoria como por el mensaje implícito que llevaban estos tres puntos, a nivel de su propia plantilla como para los rivales.

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