¿Halloween o Todos los Santos?

Jerry Hopkins, crítico musical, dijo en una ocasión una frase que ha quedado para la posteridad:

“América ha contribuido a la historia del mundo con cuatro cosas únicas; El básquet, la Coca Cola, Mickey Mouse y Elvis Presley. Y de las cuatro, sólo una es humana.”

Mi querido, queridísimo amigo Enrique Cantos, que ha estudiado durante años a Elvis Presley añadía; “Quizá ninguna de ellas lo fue”
El caso es que hay un montón de cosas que debemos agradecer al continente americano, el cacao, el maíz, el cacahuete, el girasol, la patata y el tomate. Últimamente también los espionajes, ¿han leído ese chiste que corre por las redes?

RAJOY: Cuelga tú.

MERKEL: No, cuelga tú.

RAJOY: No gordi. Cuelga tú.

MERKEL: Que no, tonto. Cuelga tú.

OBAMA: ¡QUERÉIS COLGAR LOS DOS, PESAOS!

Todo lo hemos acogido de buen grado y seguro que lo de los espionajes queda en nada, pero de entre todas las aportaciones americanas, las que se han extendido de forma más rápida han sido las fiestas.

Primero fue un gordito con barba blanca y cara de bonachón, que traía los regalos en Nochebuena, haciendo una desleal competencia a nuestros Reyes Magos y dando tantos disgustos a los bolsillos de los padres, como alegrías a los bolsillos de los comerciantes.

Desde hace unos años lo que se ha impuesto es Halloween,
que ha ido paulatinamente haciéndose un sitio cada vez más importante entre nosotros, de tal manera que ya pocos hablan de Todos los Santos. Porque, seamos sinceros, estas fiestas americanas lo que hacen es quedarse con lo lúdico de cualquier asunto y los humanos tenemos tendencia a preferir las cosas divertidas, eso nos salva del consumo masivo de prozac.

Porque nuestra fiesta es diferente. ¿Que nosotros comemos buñuelos, huesos de Santo, castañas asadas y panellets? Ellos, los americanos contraatacan con pasteles de calabaza, cupcakes de calabaza y gominolas con forma y color de calabaza.

En nuestras casas, se solían encender velones, normalmente en la cocina, para acompañar las almas en pena y que encontraran el camino del purgatorio. Según mi abuela, todos los años abren en estas fechas las puertas del purgatorio y dejan salir las almas para que visiten a sus parientes y seres queridos, pero algunas se pierden en la oscuridad y no saben regresar antes de que las vuelvan a cerrar, esas son las almas en pena y si por estas noches dormimos con los pies descubiertos sentiremos como nos tiran de ellos.

¿Y qué hacen los americanos? Tienen a un tal Jack Linterna, un hombre que en vez de cabeza tiene… ¡una calabaza!, dentro le ponen velitas también y pretenden que los niños se asusten tanto como nosotros cuando teníamos que ir por la noche a beber agua a la cocina.
Nosotros tenemos el D. Juan Tenorio de Zorrilla, una obra felizmente recuperada en Alcoy este año. ¿Y ellos? Decenas de películas de zombis, brujas y casas adornadas con… calabazas.

Nosotros rendimos culto a los seres queridos que ya no nos acompañan en un ritual de flores y visitas a los cementerios, mientras que ellos, ¡se disfrazan! Y tallan calabazas, claro.

Entonces… ¿con qué fiesta nos quedamos? Pues oye, mira, ¡con las dos! Y si viene alguna otra moda ¡también! Que no sea por fiestas. Que nosotros, otra cosa no, pero especialistas en conciliar lo divino y lo humano…

Luego siempre habrá quien opine que el boniato está más bueno que la calabaza, o al contrario, pero yo creo que a Obama le gusta más nuestra fiesta, por eso ha estado espiando. El año que viene seguro que monta en la Casa Blanca una “Fira de Tots Sants”, pues mira majo, nosotros la tenemos aquí mismo, en Cocentaina, ¡chincha rabiña!

P.D. Hay seis personas a las que sus familias no esperaban honrar tan pronto. Un recuerdo emocionado a los mineros. D.E.P.

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