Juegos que mejoran el vínculo con nuestro perro: ejercicios de olfato

DANIEL PÉREZ, educador y adiestrador canino.

De sobras es sabido (o debería serlo) por todo el mundo, lo importante que es para los perros el juego en su vida diaria. Dentro de una vida en general sin grandes estímulos, con los paseos limitados al tiempo que cada uno disponga dentro de sus horarios, es fundamental dedicar una parte del día, aunque sea mínima, a jugar con nuestro perro, más aún cuando son cachorros todavía.

Dentro de multitud de posibilidades para jugar con ellos, vamos a hablar hoy concretamente de los juegos de olfato. Los juegos de olfato son especialmente interesantes por muchos motivos; primero que nada, algo importantísimo que es el vínculo, que damos por sentado que lo tenemos, pero no siempre es así. El vínculo mejora sustancialmente si hacemos actividades en exclusiva de interacción con nuestro perro; en el caso de perros con tendencia al estrés y a mucha actividad, les enseñaría a llevar a cabo una actividad que requiere mucha concentración enfocada a algo concreto. Asimismo, podría ser muy útil en el caso de perros con miedo, ya que esa misma concentración les abstrae de su entorno y es una forma de evitar que sus sentidos estén en alerta constante.

En definitiva, el juego de olfato sería muy útil en el caso de querer corregir o minimizar determinadas conductas, pero no solo eso, es una forma de potenciar uno de los sentidos que más desarrollados tienen y que además disfrutan usándolo ya que entra dentro de la naturaleza del perro aprender de su entorno basándose en el olfato. A parte de proporcionarles interesantes retos que les obliguen a pensar y les ayuden a aprender a resolver situaciones por ellos mismos y una necesaria actividad mental de la que a veces nos olvidamos porque tendemos a pensar más en la actividad física.

Dicho esto, vamos a proponer sencillas ideas que pueden utilizarse incluso sin salir de casa.

Uno de los ejercicios más sencillos que podríamos poner en práctica sería algo parecido al famoso juego de los trileros, donde hay tres vasos con un premio dentro de uno de ellos y hay que adivinar en cúal está. En este juego podríamos empezar poniendo un premio dentro de un vaso (de plástico, para prevenir accidentes), en el caso de perros pequeños, o podríamos usar algo más grande como una pequeña maceta en caso de tener un perro de tamaño mediano o grande. Una buena forma de empezar este juego seria dejando al perro sentado, aguantado por alguien en el caso de que no se quede quieto, y colocarle solamente un vaso con un premio dentro.

Lógicamente, empezamos con un nivel de dificultad muy suave para ir progresivamente complicándolo. Una vez este colocado le daríamos la orden que queramos “¡busca!” y lo soltaríamos, de manera que ira obviamente a volcar el único vaso que hay, cuando lo hayamos repetido varias veces podemos ir añadiendo vasos que no contendrán premio y aprenderá a distinguir cuales contienen premio y cuáles no guiándose por el olor, teniendo cuidado de no ir mezclándolos para que no acaben oliendo todos a premios.

Otra posibilidad que nos permitirá elevar mucho mas el nivel de dificultad, seria usar la casa entera como un patio de juegos. En este caso, para enseñarle empezaríamos (en la misma posición que el juego anterior, con el perro sentado y sujeto) poniéndole un premio alejado y dándole la orden de búsqueda a la vez que lo soltamos, pero el premio tiene que estar a la vista, porque se trata de que asocie la orden de búsqueda con ir a por el premio. Una vez lo hayamos repetido unas cuantas veces y tenga asociada esta orden, podemos elevar un poco el nivel de dificultad, escondiéndolo por ejemplo detrás de la pata de una mesa, siendo importante a este nivel aún elemental, no complicarlo excesivamente porque podríamos eliminar la motivación del perro y hacer que perdiese interés porque no entendería que queremos de él, por lo tanto al esconderlo detrás de algún sitio sencillo no será relevante que nos este viendo hacerlo.

Una vez hayamos superado estos sencillos pasos y el perro tenga asociado a la orden de búsqueda el acto de ir a coger la salchicha, podremos empezar a complicarlo de manera que no nos vea donde lo ponemos, e incluso poniéndole obstáculos que tenga que sortear, pero siempre a ras de suelo para que sea más fácil. En el momento en que podamos dejarlo fuera de la habitación y el perro sea capaz de encontrarlo en cualquier sitio, podríamos empezar a esconderlo a diferentes alturas, siempre al alcance del perro, para elevar la complejidad del ejercicio.

Cuando nuestro perro está acostumbrado a este tipo de ejercicios, podemos aprovecharlos cuando hagamos salidas campestres para escondernos nosotros mismos y que el perro nos tenga que buscar, algo muy beneficioso ya que, además de fomentar el instinto del olfato, estaremos fomentando por añadidura el instinto de nuestro perro para buscarnos y estar pendiente de donde estamos.

JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS EN LA PROTECTORA

En definitiva, son ejercicios muy saludables y divertidos para nuestro can, y que además son, a un nivel muy básico, el antecedente a perros muy entrenados en este campo, como serían los perros de rescate o los perros de detección de estupefacientes que comentaremos más adelante, y que, dicho sea de paso, en la jornada de puertas abiertas que realizara la Protectora de Animales y Plantas de Alcoy el próximo domingo 27 de septiembre, podréis comprobar de primera mano, ya que asistirá la brigada canina de Alcoy a hacer una demostración donde veréis la capacidad que tienen los animales para utilizar ese espectacular sentido del olfato.

Send this to a friend