La nueva vida de David Porras

Cuando apareció el nombre de David Porras como nuevo inquilino del banquillo del UD Ibiza muchos no entendieron como un técnico que hace poco estaba dirigiendo en el fútbol profesional aceptaba embarcarse en la aventura de enderezar el rumbo de un club que tras desaparecer como consecuencia de una descabellada gestión económica trataba de resurgir de sus cenizas en la Regional Preferente.

Una apuesta con mucho riesgo para relanzar una carrera que acumulaba algo más de dos años y medio sin pisar un banquillo pero de la que finalmente ha salido airoso como sucedió en marzo de 2011 cuando cogió las riendas del Alcoyano tras la destitución de Paco López siendo un auténtico desconocido en la categoría y con un bagaje casi inexistente como técnico.

“Una semana antes de venirme para Ibiza”, recuerda David Porras, que desde mediados de semana ya se encuentra en la isla tras disfrutar de apenas dos semanas junto a los suyos, “estuve en conversaciones con un equipo canario de Segunda B. La operación no terminó de cerrarse y al día siguiente surgió la posibilidad de desplazarme a Valencia para entrevistarme con Amadeo Salvo. Me habla de ayudarles a profesionalizar el club y desde un primer momento me gusta su propuesta porque veo medios para llevarlo adelante. Cuando bajé al vestuario después de tanto tiempo percibí enseguida que ser entrenador es mi profesión, por lo que he luchado tanto en los últimos años, y no pienso si es un equipo de Regional Preferente o Segunda B. Me volví a sentir entrenador otra vez”.

Después de cerrar la etapa del Alcoyano tras cinco años y casi un centenar de partidos sentado en su banquillo, reconoce que necesitaba un tiempo para recapacitar y abrir una nueva etapa profesional. “Al principio me lo tomé con calma, consideraba que lo mejor era no tener prisa y ver las cosas con cierta perspectiva. Tuve algunas propuestas interesantes pero no fue hasta el siguiente año cuando tuve la verdadera necesidad de volver a un banquillo. Lógicamente las posibilidades se redujeron, había estado una temporada sin entrenar, pero a pesar de mis ganas y no concretarse las ofertas que tuve, siempre estuve tranquilo porque he tenido mis cosas. Al principio piensas que llevas mucho tiempo fuera, pero luego te das cuenta que no ha sido tanto y a mi me ha servido para crecer y ser mejor entrenador”.

Una vez conseguido el ascenso a Tercera División, el siguiente reto que le espera será llevar al Ibiza de regreso a Segunda B. “Puede parecer que el ascenso haya sido una tarea fácil, pero ha sido bastante complicada porque el Ibiza era el equipo a batir, nos esperaban en todos los campos con las uñas afiladas y parecía que había mucho rencor por lo que sucedió en el pasado. Encima el campeón no ascendía directamente y hemos tenido que disputar un play-off. El club quiere seguir aspirando a lo máximo, algo que no lo veo mal entre otras cosas porque hay posibilidades para ello y también es un reto que va conmigo.La planificación de la nueva plantilla se encuentra bastante adelantada y casi está cerrada a menos de una semana de empezar la pretemporada. El principal problema en Ibiza es la vivienda. La poca que hay es muy cara y muchos de los futbolistas con los que hemos contactado quieren venir con la familia. Los dos clubes de la ciudad nos hemos fusionado en busca de aunar esfuerzos y que el fútbol vuelva a ser importante en la ciudad. La afición se había perdido. Ahora tenemos cerca de un millar de abonados que no pagarán nada por ver al equipo ni esta temporada ni en la siguiente. Queremos con ello fidelizar pensando en el futuro”.

Pese a la distancia no olvida sus orígenes y en especial al Alcoyano. La pasada temporada estuvo viendo los partidos del Collao contra el Barça B y Llagostera. “Fue una lástima lo ocurrido contra al Cartagena entre dos equipos con estilos completamente opuestos, aunque ellos hicieron una propuesta en la eliminatoria diferente de lo que venían ofreciendo en la liga. Pese a que el equipo no siguió adelante, la temporada ha sido de 10 con los futbolistas idóneos. En casa el equipo demostró gran solvencia. Toni Aparicio tiene experiencia, conoce bien el grupo y puede ser el entrenador ideal para dar continuidad al proyecto iniciado con Seligrat después de un tiempo sin jugar play-off. No sé si tengo o no las puertas abiertas para volver algún día al Alcoyano. Por mi parte no habrá ningún problema. Es mi equipo y el club de mi ciudad. Lo que tuve la oportunidad de vivir aquí fue insuperable, fue algo muy grande para mí”.

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