La segunda juventud de Juli

Parece que fue ayer cuando Juli y el Alcoyano decidieron separar sus caminos. Han pasado trece años desde que un frío otoño de 2002, nada que ver con las suaves temperaturas de ahora, un Alicante que por entonces era uno de los clubes poderosos de la Segunda B aprovechó la coyuntura del Alcoyano, acuciado por las deudas y con una plantilla que no cobraba, para llevarse por 3 millones de las antiguas pesetas a aquel proyecto de atacante pícaro e incisivo que corría el peligro de perderse en las profundidades de la Tercera División. “Fue una de esas casualidades del fútbol”, recuerda Juli, “porque Bordalás fue a ver un Eldense-Alcoyano interesado por Darío, que entonces jugaba en el Eldense, y ese día yo hice dos goles. Estuvieron otros cuatro partidos siguiéndome y al final decidieron ficharme”.

Aquel día cambió para siempre la carrera deportiva del exblanquiazul. Después jugó en el Castellón y Benidorm, debutó en Segunda A con el Poli Ejido, fichó por el Elche con su inseparable Jorge Molina, ascendió a Primera con el Rayo Vallecano, tuvo la experiencia de jugar en la Primera División griega, se hizo un nombre en la división de plata del fútbol español en el Alcorcón y ahora es una de las referencias de un Alavés que es líder de la Liga Adelante.

Juli vive en Vitoria una especie de segunda juventud pese a sus 34 años. “El ascenso no era nuestro objetivo, pero comenzamos la liga ganando 2-3 en Huesca y luego derrotamos en nuestra casa 2-0 al Oviedo, y hasta hoy. Venimos de ganar 0-1 en casa de la Ponferradina, algo que no había conseguido nadie, pero está complicado. Son muchos los equipos que estamos metidos en la pelea y pierdes un partido y te vas tres o cuarto puestos abajo. Entre nosotros que vamos primeros y el noveno que es el Lugo, hay seis puntos de diferencia. El reparto de los derechos de televisión ha equiparado mucho el nivel. Siempre piensas en clubes como Zaragoza, Elche o Valladolid, pero el Leganés tiene un equipazo, lo mismo que el Nàstic que acaba de subir y así la mayoría de equipos. Creo que son 4,6 millones por club y es importante quedar lo mejor posible porque a la temporada siguente ingresas más dinero”.

En el Alavés ha coincidido con varios exblanquiazules como Sergio Mora, David Torres o Carpio, pero si hay un nombre especial para Juli dentro del mundo del fútbol ese es Bordalás, su entrenador y padre deportivo. “Mis mejores años como futbolista los he vivido con él. He coincidido con Bordalás en cuatro equipos diferentes -Alicante, Elche, Alcorcón y Alavés- repartidos en cinco temporadas. Hay una química especial entre nosotros. Le estaré eternamente agradecido. Pese a los años que llevamos juntos, constántemente me está hablando y dando consejos, me dice que ya no tengo 20 años y trata de dosificarme en los partidos (Juli ha sido sustituido en 14 de los 17 partidos que lleva disputados). Presionamos muy arriba, lo que nos permite estar mucho en contacto con el área rival. Jugamos un 4-4-2 con Toquero y conmigo arriba. Toquero es uno más de nosotros. Ha estado seis temporadas en el Ath. Bilbao pero es una persona muy humilde y tremendamente trabajador. Es de Vitoria y eso hace que todos le quieran mucho”.

Juli cumple su segunda temporada en el Alavés y finaliza contrato. En agosto tendrá 35 años, una edad respetable, si bien el delantero alcoyano se siente mejor que nunca y con cuerda para rato. “Estoy tranquilo y no sé qué pasará, tampoco me preocupa demasiado. Mi ilusión sería quedarme aquí. Ha sido una de las mejores decisiones como futbolista venir al Alavés. Es un club espectacular y la ciudad es preciosa. Toda la familia estamos encantados. ¿Jugar en Primera? Sería bonito. No es una obsesión. Tuve la oportunidad de hacerlo en Grecia. Pienso que el fútbol ha sido benévolo conmigo, por lo que no pasará nada si al final de mi carrera no lo consigo. En el Rayo Vallecano ascendí a Primera y el día que se cerraba el mercado me dijeron que no contaban conmigo. Me renovaron a cambio de irme cedido a Grecia. Cuando volví Paco Jémez me dijo que le había conquistado en la pretemporada, si bien el club quiso cederme otra vez. Fue cuando decidií pedir la baja e irme al Alcorcón”. Tiene el nivel 1 y 2 de entrenador e hizo el curso de Director Deportivo en Las Rozas. “Lo veo aún lejos lo de colgar las botas. Creo que puedo dar todavía mucha guerra. Seguramente seguiré vinculado al mundo del fútbol como segundo o ejerciendo alguna dirección deportiva. Lo que tengo claro es que la mejor profesión dentro de este mundillo es el de futbolista”, concluye.

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