Las 10 conductas básicas que todo perro ‘educado’ debe aprender

VANESA CARBONELL, educadora/entrenadora canina.

El término educación se define como: “formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo a la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen.” La coletilla de la definición es la parte importante de ésta, ya que nos dice que la educación es específica según el contexto del individuo. En los perros ocurre exactamente igual. Dependiendo del estilo de vida que vaya a llevar nuestro perro –vivir en una ciudad, interactuar constantemente con personas y otros perros, etc o simplemente vivir en el campo sin salir de casa– nos interesará enfocar la educación en una dirección u otra.

En Diéresis Animal no somos partidarios de los perros que viven aislados en casas de campo sin salir, ya que va en contra de la naturaleza del animal y terminan siendo perros que entran en indefensión aprendida y por ello, muy infelices; por lo que nuestros cursos no van destinados a perros con este estilo de vida. Nuestras formaciones van enfocadas a los perros residentes ya sea en campo o ciudad, pero que interactúan constantemente con otros perros y personas, que comparten la mayor parte de su tiempo con su propietario, que salen a explorar ambientes nuevos, viajan en coche, van a parques caninos, etc. Para este tipo de perros las pautas básicas de educación mínimas son casi siempre las mismas*:

Saber caminar con correa correctamente: ésto no significa caminar tipo soldado al lado del propietario, sino simplemente saber pasear de forma relajada y tranquila con la correa puesta. La correa siempre sin tensión es nuestro objetivo principal.

Permanecer tranquilo en situaciones cotidianas: como cuando entramos con nuestro perro a realizar alguna compra, a tomar algo en una terraza o simplemente cuando nos paramos a hablar con alguien por la calle.

Comportarse adecuadamente con personas, y sobre todo con niños: ésto implica niños en monopatín, bicicleta, armando griterío, etc. Siempre con las cuatro patas en el suelo.

Comportarse adecuadamente con otros perros y animales: Ya hemos mencionado en muchísimas ocasiones que los perros son animales gregarios (sociales) por lo que necesitan relacionarse con otros de su misma especie. No es una opción, es una necesidad. En cuanto a animales de otras especies, es real que para muchos perros es complicado controlarse cuando ven por ejemplo un gato si normalmente no están expuestos a ellos, así que en este caso sí sería un opción (muy recomendable!)

Dejarse manipular: ésto implica dejarse bañar, cepillar, realizar exploraciones corporales con tranquilidad; tanto por el propietario como por un desconocido (veterinario, peluquero canino…).

Llevar bozal: en España se sigue teniendo una visión muy errónea del bozal. El bozal no es más que un objeto que para el perro adquirirá la significación que nosotros le demos. Bien positivizado (es muy fácil positivizarlo!) para el perro no supone ningún problema. Es más, para que en nuestro país comiencen a permitirnos viajar con los perros en transporte público, por ejemplo, normalmente se exigirá bozal –quizá solo en las etapas iniciales, pero seguramente sea así, y así es ya en algunas ciudades españolas– por lo que, que todos los propietarios de perros positivicemos y usemos correctamente el bozal es una asignatura pendiente.

Hacer sus necesidades donde les digamos: Aunque ésto parezca muy complicado es una de las cosas más sencillas de enseñar a nuestro perro. Elegir un parque, los alcorques de los árboles, pero sobretodo no ensuciar las aceras de las calles es un objetivo muy deseado. A los perros se les pueden poner las “necesidades bajo orden” de forma muy sencilla y positiva.

Viajar en coche: y si es en transportín mejor. La habituación al transportín es una de las herramientas más holísticas y con más aplicaciones que podemos encontrar para educar a nuestro perro.

La llamada: No hace falta mencionar por qué una buena llamada es importante. Éste simple ejercicio puede salvar la vida de tu perro.

Desactivarse o ser resiliente: Éste es un ejercicio más complicado de conseguir y que requiere más tiempo. El término resiliencia en perros es exactamente igual que en humanos, se refiere a la capacidad de recuperación después de un evento muy notorio –ya sea positivo o negativo. Por ejemplo, si un perro tiene una pelea con otro perro o se asusta con algún estímulo ambiental, la resiliencia se refiere a la rapidez de la recuperación del estado base inicial. Una buena resiliencia puede significar poder “sacar” al perro de la situación de forma más rápida y poder reforzar comportamientos alternativos.

Hasta aquí tendríamos las conductas o ejercicios de educación básica que todo perro debería conocer. Pero muchos propietarios se preguntan: ¿para qué sirve educar a un perro? Muy sencillo. Como bien menciona la definición más arriba, educar se trata de enseñar a nuestro perro cómo debe comportarse en todas estas situaciones, siempre de forma positiva y empática, lo que le permitirá poder realizar todas estas actividades sin estrés. Le habremos enseñado que si cuando paramos a hablar con alguien por la calle se sienta, recibirá un refuerzo y además, no ocurrirá nada malo si se queda cerca. Es decir, le habremos enseñado qué cosas tiene que hacer en cada contexto para recibir algo que le gusta mucho –comida en la mayoría de casos; que si quiere atención de la gente, puede pedirla pero siempre con las cuatro patas en el suelo y sin abalanzarse sobre nadie, etc.

LA DIFERENCIA ENTRE EDUCACIÓN Y ENTRENAMIENTO

En cuanto al término “entrenamiento” aunque supone un concepto más global, en el mundo canino se suele referir a enseñar a nuestro perro otras conductas y/o actividades que no inciden o no son tan importantes para el día a día. Pueden ser por ejemplo, prácticas deportivas como Agility, canicross, disc dog, habilidades, etc.

Ésto no suele ser algo “obligatorio” de enseñar, pero no deja de acarrear multitud de beneficios para la relación con nuestro can: seguimos mejorando la comunicación entre ambos, positivizando nuestras actividades, ofreciendo más oportunidades para que se relacione con otros perros… Aunque obviamente, primero siempre debe ir la educación y luego los entrenamientos.

Si tienes un perro… Educar es una obligación, entrenar una opción.

*Información extraída de la revista Doogweb.

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