SANTA ROSA, una maravillosa excepción

Son muy pocos los que reparan en su existencia, pero ellas año tras año –y ya van diez– siguen ahí portando la bandera del deporte femenino de equipo en nuestra ciudad, encima en una categoría que no es una cualquiera, la segunda más importante del fútbol sala femenino de nuestro país.

Son las chicas del Santa Rosa, la maravillosa excepción de nuestro deporte, un equipo hecho a sí mismo que tiene en su cantera el mayor activo y la fuente de su longevo éxito.

Seguramente con mayor apoyo económico tendríamos hace años un equipo en la Primera División. De hecho, el Universidad de Alicante, que es uno de los aspirantes al título, cuenta con más de media plantilla surgida de las entrañas del Santa Rosa.
La última jugadora en hacer ese trasvase ha sido Elena, la última temporada mismo. Lejos de buscar en otros clubes de la provincia –ofrecimientos no le han faltado–, la apuesta ha sido la misma de siempre, buscar en el filial y así han llegado del equipo de Provincial las jovencísimas Carla y Alicia, ambas de apenas 15 años.

Son las dos caras nuevas de la plantilla de esta temporada junto a Yaiza Miranda, pivote procedente del Juan XXIII, y de la veterana Tere, a quien el eterno Juanjo Valls –técnico del equipo desde que se creó en 1992– ha tenido que echar mano para dar un toque de veteranía en una plantilla con una media de edad muy baja.

Toca año bueno

Medio en serio y medio en broma, el sempiterno entrenador comenta que “esta temporada toca el año bueno” porque según cuenta el destino del Santa Rosa en la Segunda División es tener un año bueno y otro malo “y el pasado fue malo y, por tanto, nos toca hacer una buena temporada”, para luego reconocer que “ha sido un verano difícil en el que incluso nos planteamos renunciar a seguir en Segunda División y competir en Provincial, pero después de reflexionar y hablarlo entre nosotros decidimos seguir otro año. Cuesta mucho llegar hasta aquí y dejar la categoría hubiera supuesto tirar todo el trabajo de años por la borda. Ves que hay equipos en los que las jugadoras cobran o tienen ayudas de los Ayuntamientos que llegan a los 60 y hasta los 70.000 euros”.

El presupuesto del Santa Rosa para este año rondará los 35.000 euros, un dinero que les dará para que no les cueste el jugar y que puedan hacer con cierta dignidad los desplazamientos. “Solo en peajes a Cataluña nos cuesta 2.000 euros la temporada”, indica Juanjo Valls.

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