Un nuevo concepto de alimentación sustituye el pienso por productos naturales y crudos

DANIEL PÉREZ, educador canino.

Hoy en día, más aún en estos tiempos modernos en los que impera la prisa y todo aquello que sea fabricado de forma industrial y rápida, la mayoría de nosotros proporcionamos a nuestros perros una alimentación basada en pienso; sabemos que piensos hay de muchos tipos, unos mejores que otros, y de diferentes precios en función de la calidad del mismo. Estos piensos tienen, o deberían tener, la totalidad de los nutrientes que nuestro perro necesita dándole la cantidad que el fabricante recomienda.

Vamos a darle un enfoque diferente con la alimentación BARF (acrónimo de Biologically Appropriate Raw Food). ¿Qué es la alimentación Barf? Este tipo de dieta está basada fundamentalmente en alimentos crudos, así como carnes (o pescados) con vegetales y frutas, y algunos complementos, según estos grandes grupos:

1- Huesos carnosos (crudos, ya que los cocinados se astillan): compuesto por cuellos de pollo o pavo, alitas de pollo, jamoncitos de alas, carcasas de pollo, costillas de cerdo, chuletillas de cordero… Aquellas partes de una presa que se componen de hueso relativamente blando recubierto de cierta cantidad de carne.

2- Las carnes y pescados (crudas): Se utiliza la mayor variedad posible de carnes de pollo, pavo, ternera o vaca, cerdo, etc. En cuanto a los pescados, lo ideal es darlos como piezas enteras (con su cabeza, cola, entrañas y espinas).

3- Las vísceras (crudas): hígados, riñones y corazones son los reyes de este grupo alimenticio.

4 – Vegetales (cocidos) y frutas: pueden aportar algunos nutrientes y por esta razón, los añadimos en su dieta en pequeñas cantidades. Puedes utilizar espinacas, zanahorias, pimientos, calabacines, brócoli, coliflor, jengibre, remolacha, apio, col, calabaza, manzanas, peras, plátano.

5 – Complementos: utilizaremos algunos alimentos naturales para potenciar nuestra dieta y mejorarla. Por ejemplo, usaremos hierbas como el perejil, la albahaca o la hierbabuena, y también el ajo, el aceite de oliva, yogures naturales sin aditivos o queso fresco sin sal. Los huevos también los incluiremos en su dieta ya que aportan proteína de alta calidad.

La ración que le tendríamos que dar al día, con todos estos ingredientes mezclados, sería de aproximadamente un 3 % del peso de nuestro perro (sobre un 10% en cachorros), es decir, en un perro que pese 10 kilos la ración diaria seria de 300 gramos dividido en dos tomas, y en diferentes proporciones siguiendo más o menos estos porcentajes:

• Hueso carnoso: 50-70% de la ración diaria

• Carne o pescado: 20-30%

• Vísceras: 5-10%

• Vegetales/frutas: 5-10%

Aunque a priori pueda parecer muy complicado, como todo, es acostumbrarse y una vez se coge el sistema es algo mecánico, aunque evidentemente siempre será más trabajoso que echar un vaso de pienso en un cuenco.

Entre las diversas virtudes que se le atribuyen a esta dieta, en comparación con el pienso, están las siguientes:

– Es una alimentación totalmente natural, no tiene conservantes ni productos químicos de ningún tipo.

– Evita problemas de piel, alergias, sobrepeso…

– Heces menores y con menos olor.

– Necesitan beber mucha menos agua.

En definitiva, es un concepto de alimentación mucho más natural, aunque no por ello mejor ni peor, depende de lo que cada uno considere conveniente para su perro. No obstante, siempre es recomendable consultar con un profesional de la nutrición canina (teniendo en cuenta que el que venda pienso, siempre va a considerar mejor el pienso que la nutrición natural, pero por causas económicas, no físicas), con nuestro veterinario de confianza, y buscar mucha información para poder hacerlo correctamente y en las proporciones adecuadas.

Hay que tener en cuenta que no a todos los perros tiene porqué irles bien este tipo de alimentación (al igual que pasa con el pienso) y que en cualquier caso deberemos pasar un tiempo de adaptación a la nueva dieta (al igual que cuando cambiamos de un pienso a otro) donde podríamos enfrentarnos a heces más liquidas durante un tiempo hasta que el estómago se acostumbre.

Mi conclusión tras todo esto sería: si la alimentación con ingredientes naturales es buena para nosotros, ¿por qué no va a serlo para mi perro? Y sobre todo, ¿por qué una serie de ingredientes tratados de forma industrial para que acaben teniendo forma de croqueta seca es mejor que esos mismos ingredientes en forma natural?

Merece la pena investigar y valorar si creemos que este tipo de alimentación podría ser mejor o peor, desde la opinión personal de cada uno, para nuestros animales.

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