Vamos en dirección contraria

Un buen amigo, ya fallecido, (extranjero), Catedrático de Universidad, me dijo una vez, que lo que más le había sorprendido, negativamente, de nuestro País, de España, era la tendencia al separatismo de algunas Comunidades Autónomas, (el nació en uno de los países de mayor extensión y multiculturalidad del mundo), no comprendía como en un País tan pequeño, podían existir, aparentemente, tanto odio, tanta voluntad de romper, de separar, aunque lo achacaba a los dirigentes, a los que querían controlar el dinero y las decisiones, nunca al pueblo, que siempre buscaba la paz, la tranquilidad, la seguridad, el trabajo y el bien de su familia.

Me decía: “Javier, en un momento histórico, donde ha caído el Muro de Berlín, donde China se está abriendo al resto del mundo, donde ha desaparecido la URSS, donde en Europa se ha impuesto la Moneda Única, el Euro, donde a la Educación Superior se le ha llamado ya: Espacio Europeo de Educación Superior, donde ya se habla de los Estados Unidos de Europa, no tiene sentido romper hacia dentro, creando pequeños Estados Feudales, eso no es avanzar es retroceder hacia la Edad Media, debemos seguir luchando por la Unión Mundial, una sola Nación, el mundo, el Planeta Tierra, donde todos seamos iguales, africanos, asiáticos, europeos, americanos, etc.

Todos con iguales condiciones de vida, todos con iguales oportunidades de trabajo, de desarrollo, donde la primera Ley que rija el Mundo sea la Igualdad, donde el dinero no sea para unos pocos, sino para que todos podamos disfrutar del bienestar social, donde no haya necesidad de partidos políticos, ni de banqueros, donde la Tecnología esté al servicio del ser humano para ser feliz, para que todos podamos disfrutar de ésta corta vida en éste planeta”.

Él no lo pudo ver, una corta, cruel e inesperada enfermedad se lo llevo en apenas unas semanas, pero sus palabras continúan en mi cerebro. Yo tampoco lo veré, no me cabe duda.

Estamos muy lejos de ese final feliz, que sin embargo tengo la certeza de que llegará.

Algún día el ser humano se dará cuenta de lo corta que es la vida, de que a nuestra muerte no nos llevamos nada, y que lo único importante es el ahora, el disfrutar de éste maravilloso mundo que tenemos, de que todos somos humanos, de que todos sentimos igual, porque todos somos iguales.

¿Queremos acabar con la inmigración?, pues que los ricos y poderosos saquen su dinero, que lo dediquen a desarrollar esa parte del Mundo subdesarrollado, creemos condiciones de vida en donde no las hay, trabajo, infraestructuras, bienestar social, sanidad, educación, etc. Y no tendrán que saltar vallas, atravesar desiertos, océanos, o entrar clandestinamente en los países desarrollados, jugándose la vida, dejando atrás a sus seres queridos, con la única esperanza de VIVIR.
Pero vamos en dirección contraria, los ricos siguen acumulando cada vez más riqueza, la mayoría de políticos, son sus lacayos, y solo están y sirven para que los ricos sean cada vez más ricos, y ese dinero NO SIRVE PARA NADA, porque solo saben acumularlo, ni siquiera saben disfrutarlo.

Como dice Facundo Cabral, “pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo”.

Doctor ingeniero industrial. Profesor titular de Universidad

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