Y de los jugadores, ¿qué?

De toda esta sinrazón que ya se ha llevado dos entrenadores, dejó señalado al presidente y que tiene toda una afición en vilo viendo como su equipo cada vez aparece más hundido en la clasificación, solo tres puntos por encima del descenso, los únicos que han salido indemnes han sido los futbolistas. Resulta cuanto menos curioso ver que entre la tempestad generada aparezcan en esta historia sin haberse llevado el más mínimo rasguño. El domingo en el Camp d’Esports de Lleida se volvió a perder y ya son tres derrotas consecutivas. Poner el dedo acusador sobre la figura de Mario Barrera, un recién llegado, sonaría demasiado fuerte. El técnico argentino se dedicó a seguir las pautas que a su antecesor le dio bastantes triunfos como visitante y poner énfasis en llegar lo antes posible al área rival, evitando tocar demasiado para que el Lleida tuviera la opción de montar una contra, precisamente uno de sus puntos fuertes. El técnico argentino pudo comprobar de primera mano que no lo tendrá nada fácil para reconducir la situación y que no se acaben cumpliendo los malos augurios que rondan por la cabeza de más de un seguidor blanquiazul viendo la actual trayectoria del equipo. El grifo de goles en contra no cesa. A los rivales les basta con muy poco para hacer mucho daño. Y eso que lejos del Collao defiende con cinco atrás y Miguel Bañuz lleva camino de convertirse en el mejor jugador de la temporada con un par de paradas salvadoras en cada partido. Para colmo de males, en Lleida hubo dos expulsiones, ni Mario Fuentes ni Tomás Ruso son dos juveniles precisamente, sobre todo el segundo habría podido ahorrarse con las pulsaciones a mil por hora protestar al árbitro sabiendo que ya tenía una amarilla y el equipo estaba con los cinco sentidos puestos en la búsqueda del empate. Duele la vista ver la tabla de goleadores del Alcoyano y que el que más lleva está con tres. David Torres se fue al Hércules en el mercado invernal después de año y medio como blanquiazul en el que para nada justificó la desorbitada ficha que percibía. Es verdad que el equipo lleva cuatro palos en los dos últimos partidos, que nada más que hubieran entrado dos ahora estaríamos hablando de otra manera, pero sería consolarse con muy poco. Un equipo como el Alcoyano, con los nombres que tiene en su plantilla, no puede llevar cuatro partidos sin marcar y que en el Collao desde noviembre pasado, no estamos hablando de hace 15 días sino que hay que remontarse a hace cuatro meses para ver un gol en la portería rival. Nadie duda de la honradez de esta plantilla y que estoy convencido de que serán los primeros en querer que la situación fuera otra, pero si el equipo baja o el Collao el año que viene es un solar, quienes padecerán el desastre de esta temporada no son los jugadores actuales, que acabarán buscándose otro destino, sino los que finalmente se quedan.

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