Alcoy pierde a uno de sus artistas más internacionales

Este domingo pasado recibimos la tristísima noticia del fallecimiento del director de orquesta alcoyano Alfonso Saura Llácer, que dejaba este mundo a los 58 años de edad tras una larga enfermedad que lo había tenido apartado de los escenarios en estos tres últimos años, y con un cajón repleto de ilusionantes proyectos musicales que se han visto desgraciadamente truncados. El sepelio fue ayer lunes en el Tanatorio de la Marina Baixa.
Alfonso Saura nació en Alcoy en 1959 siendo sus padres el pintor Alfonso Saura Lloréns y la ceramista Fina Llácer, ambos alcoyanos. De bien joven mostró buenas dotes para la música iniciando sus estudios musicales oficiales en los Conservatorios de Alicante y Valencia. En sus inicios perteneció a la Corporación Musical Primitiva de Alcoy, pero tuvo que dejarla para dedicarse plenamente a los estudios musicales superiores que le llevarían a emprender a principios de los 80 del pasado siglo la aventura de su gran pasión: la dirección orquestal. En 1988 fundaría la Orquesta de Cámara Ciudad de Elche, siendo su concierto de presentación el 29 de abril de ese mismo año en la Iglesia de San José de la ciudad de las palmeras, contando para ello con el respaldo del Ayuntamiento y de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Pocos días después la orquesta realizaría su segundo concierto, actuación que tuvo lugar el 5 de mayo de ese mismo año en el Círculo Industrial de Alcoy con organización de la Asociación de Amigos de la Música de Alcoy. Esta orquesta, embrión de la actual Orquesta ‘Ciutat d’Elx’, alcanzaría cierto renombre en la Comunidad Valenciana constituyendo una importante plataforma que otorgaría experiencia y grado al director alcoyano, el cual ya había degustado el éxito internacional un año antes al frente de orquestas como las de Baden-Baden, Arena de Verona u Orquesta de Cámara de Florencia entre otras. Sus importantes éxitos le brindaron la oportunidad de ser invitado a dirigir en EEUU: Texas, Colorado y Carolina del Norte. Dirigió importantes orquestas europeas como las de Lodz en Polonia, George Enescu en Bucarest, o las principales de Minsk, Cluj, París, Timisoara, Seúl y Moscú, tanto en conciertos sinfónicos como en óperas representadas. En noviembre de 1988 volvería a dirigir en Alcoy, en esta ocasión a la Orquesta de Cámara de Friburgo (Alemania) en un concierto organizado igualmente por Amigos de la Música.

En 1995, siendo alcalde José Sanus y concejal de Cultura Josep Pérez i Tomás (Pep Sou), sería designado por el Ayuntamiento director del Himno de Fiestas. Tendríamos que esperar a 2007, recién inaugurado el nuevo Teatro Calderón, para ver de nuevo dirigir a Alfonso Saura Llácer. Fue el 30 de diciembre con ocasión del Concierto de Año Nuevo y con la Orquesta Filarmónica de la Ópera de Iassy, de nuevo con organización de la AAMA, entidad que, dado el éxito obtenido, volvería a contar con él en el Concierto de Año Nuevo del 2 de enero de 2010, con la Orquesta Filarmónica de Botosani (Rumanía). De esta actuación se guarda un recuerdo muy especial puesto que participaron tres saxofonistas de la Nova: Eladio Sellés, Raúl LLedó y Moisés Olcina que interpretaron la parte solista del Vals de la ‘Suite de Jazz’ de Shostakovitch. Del mismo modo, esa mágica noche, tuvo lugar el estreno de la versión sinfónica de ‘Cavalcada Reis Mags’ de José María Valls Satorres, con motivo del 125 Aniversario de la Cabalgata de Reyes de Alcoy. El concierto constituyó un sensacional triunfo en todos los sentidos, especialmente para Alfonso Saura, que finalmente fue profeta en su tierra a pesar de sus escasas apariciones en un podium alcoyano: las cuatro de la Asociación de Amigos de la Música de Alcoy y quizá la más emotiva, cuando alzó la batuta para dirigir ante millares de personas y centenares de músicos el Himno de Gonzalo Barrachina.

De carácter jovial, amigo de sus amigos y musicalmente apasionado, Alfonso Saura Llácer se consolidó como un músico muy respetado internacionalmente, siempre dispuesto a emprender proyectos musicales de indudable calidad, incluidas interesantísimas grabaciones discográficas. Junto a su padre y buenos amigos de Altea, ciudad donde residía, fundaron en 1994 la Asociación de Amigos de la Música de la Marina Baixa, entidad que pudo organizar muchos y muy buenos conciertos, especialmente de solistas internacionales y orquestas de cámara vinculadas de alguna manera al director, que consiguieron el aplauso unánime de un público no demasiado numeroso pero si muy selecto. Desde estas líneas y en nombre de todos los miembros de la Asociación de Amigos de la Música de Alcoy, quiero expresar nuestra más sincera condolencia a sus padres, familia y amigos. La música y Alcoy pierden a uno de sus grandes estandartes de los últimos treinta años. Descanse en paz.

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