De la Calle recuerda el “reducto intelectual” que fue la universidad

El ensayista, traductor y crítico de arte Romà de Calle ha “roto una lanza” de reconocimiento “en favor de la formación recibida entre los muros” de la Universitat de València. Lo hizo al recibir la Medalla de la institución académica durante el acto solemne celebrado el pasado viernes al edificio histórico de La Nau. En la sesión tomaron también la palabra el rector, Esteban Morcillo, y el profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación Anacleto Ferrer, quien leyó la ‘laudatio’.

Al homenaje asistieron personalidades del mundo universitario, la política y la cultura, como el secretario autonómico de Cultura y Deporte, Albert Girona; la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga; o el secretario autonómico de Justicia, Ferran Puchades.

“Querría romper una lanza –de reconocimiento– en favor de la formación recibida entre estos muros. Por un lado, gracias a los planes vigentes, entonces, de humanidades genéricas comunes, antes de elegir el propio campo filosófico de especialización. Y por otro lado, por el destacado conjunto de profesores que, efectivamente, tuvimos la suerte de disfrutar y compartir. Fueron ellos, sin duda, quienes convirtieron aquel momento y este espacio universitario en un excepcional y comprometido reducto intelectual, en medio de un circundante y drástico franquismo”. Así se expresó el homenajeado.

Román de Calle revisó sus inicios como universitario, y reflexionó sobre las inquietudes intelectuales que han marcado su trayectoria. Entre otras cosas, dijo: “Dos núcleos históricos resultarían básicos en los programas de docencia e investigación, dentro de esta materia, desde la Universitat de València. Por un lado, el estudio del siglo XVIII, como origen y anclaje definitivo de la Estética, pero también esta centuria como punto de partida de la moderna Historia del Arte, del nacimiento de la Crítica y de la implantación de los museos, como genuina institución sociocultural. Además, siempre me atrajo el estudio del fenómeno expansivo internacional, en el Siglo de las Luces, de las Reales Academias de Bellas artes y especialmente del que sucedió a nuestro propio país, con su dilatada historia de siglos”.

Y añadió: “La Ilustración y la Modernidad serían los ámbitos marcados como los de mayor atracción, en nuestra agenda filosófica. La ilustración y la génesis de la reflexión estética, con sus conexiones interdisciplinarias. La Modernidad como transformación evolutiva de las herencias ilustradas, vinculadas, en nuestro caso, al hecho artístico contemporáneo, en una determinada franja de diversidad, desde las artes plásticas y visuales hasta las artes gráficas y el diseño”.

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