Día de la marmota

Parece que el Alcoyano se ha instalado en un inacabable día de la marmota, la expresión que se utiliza para aludir la repetición diaria de los mismos comportamientos y situaciones. Viendo el domingo el partido contra el At. Baleares dio la sensación como si el equipo hubiera quedado atrapado en el tiempo, que lejos de ver un cambio de actitud, se amplificaran los defectos. Al menos, eso sí, no se dieron esos fallos en defensa que tanto habían castigado al Deportivo en los últimos tres partidos. Sin embargo, ese fútbol mecanizado que predica Palop, donde las individualidades quedan al servicio del equipo, da la sensación que le han cogido la medida y que el equipo ha quedado retratado ante sus rivales.

Volvió Devesa, sí, pero vimos a un Devesa que fue una sombra de sí mismo, que jugó al ralentí, casi a la pata coja, y viéndole así, con el ojo puesto solo en su portería, hubiera dado igual que el 2 del Alcoyano lo hubiese llevado un jugador del filial o del juvenil. También lo hizo Abraham, que le puso ganas, mostró algún detalle de la enorme calidad que atesora, pero me da a mí que el canario anda perdido y empieza a ser una causa perdida.

Otro al que vimos de nuevo fue Yacine, que se pasó más tiempo resoplando, mirando al suelo, que metido en el partido. Fue un islote al que el At. Baleares le acabó sacando del área. Otro al que se le vio bastante perdido fue Rubén Ramos. Ese querer llegar tan rápido al área rival hace que algunos ni lleguen a oler el balón.

Ante el At. Baleares, ni el recurso de la generosidad de Fran Miranda, que ni siquiera tuvo ese segundo para anticiparse al rival y llegar a todos los balones. El Alcoyano se estrelló una y otra vez contra la misma piedra. Solo Alfaro tuvo algo de chispa, sus arrancadas por banda sembraron algo de incertidumbre en el área rival, pero sigo pensando que es un lujo demasiado grande para este Alcoyano que se reduzca su papel a la de simple asistente. Creo que es un futbolista con la la calidad y tablas para pedirle algo más. Suena casi a risa que solo lleve un gol, conseguido en la primera jornada, pero jugando tan lejos del área es hasta casi normal.

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