El Matadero deja 50.000 euros en caja

El Complejo Eduardo Latorre cerró 2016 con un superávit de casi 50.000 euros. Se trata de su primer curso completo desde que en diciembre pasado la instalación quedara en manos del Ayuntamiento después que su gestión estuviera supeditada desde finales de 2015 de un informe de viabilidad.

Fue el alcalde Toni Francés y el concejal de deportes Alberto Belda quienes se encargaron de hacer balance. El edil comenzó destacando la “línea continuista” habida en el número de abonados.
El año se cerró con 1.608 abonados, cantidad a la que habría que añadir los usuarios que utilizan la instalación en actividades fuera del abono anual, que han sido 538, con lo que la cantidad total ha estado en torno a los 2.100 deportistas.

A la hora de desgranar más cifras, Belda enumeró que los abonados tienen 73 horas semanales de actividades y 41 fuera del abono, entre las que destacó la natación terapéutica, clases para embrazadas, pilates, escuela de multiesport, natación adaptada, pádel, fitness júnior, cursos de natación, además de programas para enfermos crónicos, de movilidad reducida y para personas con visibilidad reducida.

Los gastos durante 2016 alcanzaron los 752.000 euros, de los que una parte muy importante se destinaron a personal –25 trabajadores entre monitores, coordinadores, socorristas, mantenimiento y limpieza–, con un desembolso de 428.000 euros; suministros, 245.000 euros; mantenimiento, 41.000 euros, y otros, 35.000 euros: El capítulo de ingresos ascendió a 792.000 euros, siendo el superávit de casi 50.000 euros, de los que 35.000 euros se han destinado a mejorías en la instalación, según palabras del concejal de deporte.

Destacó la adquisición de bicicletas de spinning, con una inversión de 20.000 euros, además de máquinas para la práctica de pilates y equipación de la sala de musculación.

El alcalde, por su parte, hizo una valoración política del ejercicio, asegurando que “el debate no es si la iniciativa pública ha sido mejor o peor que la privada, se ha visto que todo depende de las manos en las que esté. Se ha demostrado que con unos buenos gestores, puede ser una instalación rentable. Si se gestiona bien, no solo se puede dar un servicio de calidad, sino que encima puede dar beneficios sin perder su carácter público”.

Por último, Alberto Belda desveló que una de las primeras cuestiones que abordará la nueva empresa pública dependiente del Ayuntamiento será la situación de los 25 trabajadores de la instalación, que desde diciembre pasado tienen categoría de personal laboral municipal.

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