Galimatías

El errático inicio de temporada del Alcoyano comienza a poner de los nervios a todo el mundo, empezando a los propios protagonistas. Aquí lo único que sabemos que las alineaciones del equipo comienzan por Zabal y terminan en Francis Ferrón, todo lo demás es un galimatías obtuso donde los centrales son laterales, los laterales en teoría titulares están en el banquillo, los medioscentros juegan en un lateral a pierna cambiada, el juego se vuelca normalmente hacía un costado cuando en el otro está uno de los fichajes más caros del verano y apenas la huele, uno que juega en banda de repente es mediapunta y así un despropósito tras otro que sitúan al Alcoyano como un equipo que ahora mismo no sabe a lo que juega, con tendencia preocupante a la autodestrucción y que ahora mismo divaga en la confusión. Si encima enfrente hay un rival como el Eldense, pletórico, cuya dinámica le hacen oler la sangre a simple vista, cualquier atisbo de duda es dar carnaza para que un equipo con ese institnto te acabe destrozando. Los cerca de un centenar de aficionados blanquiazules desplazados a Elda no daban crédito en el descanso a lo que estaban viendo sus ojos. La segunda parte fue otra cosa porque el Alcoyano empezó a estructurándose a partir de una lógica. Entró primero Alfaro, después Devesa, Carles Salvador dejó el lateral y por último apareció en escena De Dios. El equipo empezó a tener pausa, a quierer el balón y se quitó de encima ese fútbol alocado del principio que tiene confundido a más de un jugador de la plantilla. De lo contrario no se entienden tantos errores de bulto, tantos desajustes, tantos goles ridículos como dijo el míster tras el partido. Me duele en el alma ver a César Remón cometer un fallo tan infantil en el segundo gol, pensar que Devesa ya no valga para jugar en este Alcoyano, que Mario Fuentes y Óscar López no mezclen bien, que Isra parezca que venga de Tercera cuando el año pasado jugó un carro de partidos en la Liga Adelante o que Javi Rubio sea un futbolista que las vea pasar por encima sin ningún protagonismo en el juego colectivo. El Alcoyano debe ser algo más que los arreones de Francis Ferrón o los focos de Bello. El Deportivo necesita ser un equipo, algo que se ha visto en cuentagotas desde que llegara Óscar Cano con sus aires de cambio. Paciencia, sí, pero pasan las jornadas, llevamos tres y mañana llega el Nàstic y el domingo el Huracán, que no son moco de pavo.

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