Locos por el café: una cultura que se extiende más allá de la simple bebida

La cultura del café es un concepto muy en auge en la actualidad. Sin embargo, la cultura del café tiene sus orígenes en las cafeterías del siglo XVI en Arabia, en donde los hombres se reunían para conversar y jugar. En la medida en que el café se extendió hacia Europa, Asia y América, también lo hizo la cultura del café, que puede diferir dependiendo del lugar del mundo donde nos encontremos.

Y es que el café es mucho más que una simple bebida, va más allá del hábito de tomar a diario las dosis imprescindibles: el primero de la mañana, el de después de comer, el de media tarde… Servir una taza de café, cerrar los ojos y sentir su aroma antes de tomar un trago. Un placer que a muchos seduce y que lleva años motivando el trabajo de la familia Basset, propietaria desde 1996 del tostadero de Café Barsel, ubicado en L’Alcudia de Cocentaina.

Su secreto, como ellos mismos explican, es “respetar siempre la tradición artesana durante todo el proceso de elaboración, desde la recogida del grano hasta la taza”. Para ello escogen entre las más selectas variedades de café procedente de las mejores zonas cafeteras del mundo, y tostándolo a diario para lograr el mejor sabor.

Pero para que la experiencia resulte placentera, según los expertos cafeteros de Barsel, el consumidor debe tener en cuenta que el enigma no está solo en el tipo de café, sino en la forma de prepararlo y hasta servirlo.

Desde hace unos años ha surgido un movimiento que apuesta con fuerza por el arte en el café y propone como alternativa a las preparaciones clásicas, otras más trabajadas, como cappuccinos decorados con flores, corazones, u otras formas dibujadas con la leche emulsionada, o simplemente, tazas perfectas de espresso.

Un movimiento del que participa la empresa cafetera fundada por la familia Basset, que habitualmente toma parte como patrocinador en los concursos que organiza el Fórum Cultural del Café, una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo primordial es el de fomentar el conocimiento del café entre los amantes de este aromático producto. Café Barsel, de hecho, viene cosechando numerosos éxitos en los campeonatos que organiza periódicamente la citada entidad.

Y es que si se ha hecho con el vino, el cava, el aceite, incluso con el agua mineral, por qué no se va a divulgar la cultura de un producto como el café, que vuelve locos a adictos de medio mundo. Porque cada vez son más los caffeine crazies –siempre hay un término acuñado en inglés en toda tendencia que se precie.