Maxi-bolsos

Todos necesitamos tener algún ídolo. Un ídolo puede ser tanto la imagen de una deidad que es objeto de culto, como una persona o cosa que se ama o admira con exaltación. Hablando en cristiano, que podemos idolatrar tanto a una imagen, como a una persona o, incluso, a un objeto. Podríamos poner ejemplos de cada uno:

La imagen de Sant Jordi “El Chicotet” para los fieles alcoyanos. La imagen de Yoda para un friki.

The Beatles, Verdi o Justin Bieber, según seas un amante de la música rock y pop, de la música clásica o de… los chicos rubitos.
El balón de oro para los futbolistas, los pendientes de aro fosforescentes tamaño XL para las “chonis”.

Yo también soy de ídolos y mi objeto idolatrado es un bolso, pero no un bolso cualquiera, no. El que venero desde pequeña es un bolso grande, con tela estampada y con asas de piel. La primera vez que lo vi fue en la tele, así que lo vi en blanco y negro. Me fascinó desde el primer momento y eso que no adivinaba lo realmente útil que podía llegar a ser.

El bolso que me vuelve loca no es un Birkin de Hermès, ni un Alma GM de Louis Vuitton. (Que también, a ver…) El que me fascina es el bolso de Mary Poppins. ¡Es un sueño! En un bolso en el que entraba una lámpara de pie, un espejo de dimensiones considerables, una planta y un perchero… ¡qué no metería yo!

En muchas ocasiones mi marido me ha preguntado que qué llevo dentro de mi bolso. No es una pregunta que espera obtener un dato, es una pregunta retórica, por supuesto: pero yo le contesto y la respuesta es obvia, ¡TODO! Llevo lo que necesito y lo que creo que voy a necesitar, y esto último es tan imprescindible como abundante; además, si algún día no lo llevo, ¡poco tardo en echarlo de menos!
Intentaré hacer un recuento.

Lo primero que meto es la cartera. Mi cartera ya es enorme de por sí, tiene el tamaño de un libro de mano y desde luego, es más grande que mi libro electrónico, el cual también llevo por si tengo que hacer cola en algún banco. Prefiero adelantar algún capítulo de “Canción de hielo y fuego” que darle al “Candy Crush” con el móvil.

Además utilizo un monedero de esos de “pesic”, así no estropeo la cartera con las monedas. Lo que me gustaría es estropearla con billetes, pero bueno, ese sería otro sueño.

El móvil también va en el bolso si no llevo bolsillos.
Las gafas de ver de lejos, con su funda.
Las gafas de ver de cerca, con su funda.

La funda de las gafas de sol, que siempre llevo puestas o en la cabeza.

Un neceser pequeñito con productos de maquillaje.
Otro neceser más grande con cosas imprescindibles; como una cajita de ibuprofeno, tubo de Lizipaína, tiritas (son del Barça, ¡más monas!), lima de uñas, costurero de hotel (de esos que no valen para nada), cepillo de dientes plegable, espray mentolado, peine y cepillo, pinza para el pelo, crema de manos, protector solar, colonia y espejito de aumento.

Bolsas plegables, para hacer la compra de forma ecológica.
Paquetes de kleenex, varios, por si se me olvida reponerlos.
Paquetes de chicles, varios, por si mis hijos no compran. O sea, siempre.

Disco duro quesipierdomemuero, dónde llevo todos los archivos, para disponer de ellos esté dónde esté.

Bloc de notas y bolis, así en plural.

Máquina de fotos, porque aunque el móvil lleva cámara, ¡pues yo qué sé… que no es lo mismo!

Par de guantes, en invierno.

Abanico, en verano.

Y por supuesto el llavero.

Mi llavero tiene un mini bolso, en el que llevo, una moneda de plástico para el carro del súper, dos anti-ácidos, una barra de cacao, una memoria USB y un muñequito de goma con una mini-ventosa, que sirve para pegarlo en un vaso y distinguirlo del resto, practiquísimo vaya. Y ¡ya está! Como no fumo, no llevo tabaco, ni mechero.
Un bolso grande tiene muchas ventajas y alguna desventaja, como cuando tu marido se cree que vas sobrada de espacio y te pide que le guardes las llaves de su coche. ¡Pero hombre, por favor! Que no soy el forzudo de Astorga… Aunque bien mirado, vale, te las llevo y tú cargas con las bolsas de la compra.

Casi todos mis bolsos son enormes, entonces ¿por qué idolatro el bolso de Mary Poppins?

Bueno… es que hay cosas que sólo se pueden guardar por arte de magia.

Yo metería, tantas cosas…, tantas personas… Esta semana habría metido, a la junta directiva del Racing de Santander en pleno. A los ensuciadores de paredes y mobiliario urbano. A los que se autodenominan con la boca llena “amantes de los animales”, y van dejando los “recuerdos” de dichos animales por doquier, avergonzando a aquellos otros que sí recogen los desechos y dejando la ciudad hecha unos zorros.

Pero, esta semana no habría bastado con el bolso de la niñera prácticamente perfecta en todo. Necesitaría además el bolso de Hermione Granger, la amiga de Harry Potter, con su hechizo de extensión indetectable. Allí habrían cabido todos los que le amargaron el día a D. Francisco Aura Boronat.

Un hombre que cuando salió de Mauthausen, se prometió que contaría allí donde fuera su experiencia para contribuir en todo lo posible a que el mundo fuese un lugar mejor. Un hombre de 95 años que durante su vida ha luchado por defender la cultura de la paz y la dignidad humana. Un hombre que, según sus propias palabras, “Sólo espero que este puente se convierta en símbolo de paz y concordia” debe estar sufriendo la tristeza de todo lo acontecido en la inauguración del puente que lleva su nombre.

Los que habéis hecho posible este vergonzante espectáculo, ¡todos al bolso, unos y otros!

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