Pachorra en la Nova Creu Alta

Tropezar dos veces en la misma piedra es hasta humano, pero hacerlo en tres y de una forma tan seguida es para preocuparse. Aquí ya no valen las casualidades y hay que comenzar a pensar que algo pasa. El error de Óscar López en el primer gol en Sabadell es hasta comprensible y justificable. Balón aereo, el central no mide bien la distancia, Álex Cortell intuye lo que va terminar sucediendo y el ex del Olímpic que en algún momento del pasado verano llegó a estar en la agenda del Deportivo, termina por pillar a Marc Martínez a media salida y la acción en el fondo de la portería.

Lo que ya no es tan disculpable es la pachorra de la zaga blanquiazul a la hora de defender el córner con el que el Sabadell sentenció el choque. Lo de Óscar López es un error, grave sí, disculpable también, pero lo que no es tan defendible es que vuelva a repetirse la falta de atención a la hora de posicionarse en defensa que ya le costó al Alcoyano venirse de vacío del Mini Estadi en la anterior salida y la primera derrota en el Collao en once meses. Esa inseguridad que empieza a transmitir el equipo se refleja sobre todo a balón parado.

En Sabadell dio la sensación de que en cada córner en contra podía suceder algo mientras que para el Alcoyano la estrategia sigue siendo la gran asignatura pendiente. Salvo en los primeros veinte minutos y los ataques de orgullo que al equipo le dieron a raíz de ponerse con dos goles abajo, en la Nova Creu Alta se vio la peor versión del equipo en lo que llevamos de temporada, sin continuidad en el juego y, por momentos, hasta irreconocible.

Ver a futbolistas como Abraham fuera de la lista o Devesa como revulsivo, empieza a chirriar mientras que con otros la paciencia es infinita. Al principio estuvo bien que todos tuvieran su oportunidad y ese efecto sorpresa hasta surtió efecto en algún partido, pero a estas alturas de la competición, en el que los equipos ya están armados, puede ser un lujo dejarse fuera a dos jugadores de ese nivel. Está visto que con correr y partirse el pecho en cada acción empieza a no llegarle al Alcoyano ni para siquiera puntuar.

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