Su criterio importa

Son tiempos interesantes en los que no sirven actitudes intrascendentes. Tiempos que nos obligan a mirar los problemas de cara y enfrentarlos. Tiempos que van a hacer que nos replanteemos la mayoría de los conceptos que hasta ahora eran la base de nuestra convivencia y que vemos sin poder evitarlo como van poco a poco transformándose en nuestra pesadilla. Trabajo estable, Jubilación, Sanidad gratuita, Estudio para nuestros hijos, Cultura, Vivienda, etc. eran hasta hace poco conceptos que manejábamos como algo evidente y que significaban no una meta sino el proceso natural hacia logros más importantes.

No sé si somos conscientes de que estamos perdiendo a pasos agigantados todo lo que constituía la base de la cultura del bienestar, y que difícilmente vamos a recuperar todo lo que estamos perdiendo. Sí, Ud., que aún conserva todo este conjunto de privilegios, no dude que más temprano que tarde también los va a perder, y si no, alguien cercano a Ud.
Trabajo precario, sin posibilidad de cotizar para la jubilación, sanidad privatizada, estudios cada vez más lejos de nuestras posibilidades, Cultura al alcance de pocos, vivienda en alquiler y de baja calidad, etc. es lo que nos ofrecen a la mayoría de nosotros las actuales “circunstancias económicas” (o llamémoslo “el mercado”) que definitivamente han tomado las riendas del poder económico-político-mediático.
Naturalmente usted poco puede hacer y menos si tan solo le han dejado la opción de poder votar cada cuatro años a unos de los dos partidos que se presentan con opciones de ganar y que como usted ya sabe pero prefiere no saberlo, poco pueden hacer para cambiar esta inercia negativa.

Pero volvamos al principio, si, a lo de los tiempos interesantes en los que Ud. puede interactuar y hacer que cambien las cosas.

Todas las personas deben empezar a utilizar el recurso que nos ha hecho verdaderamente humanos que es ni más ni menos que el pensamiento propio, sin intermediarios, es decir: nuestro criterio. Intentemos entender este mundo en el que vivimos y apliquemos el “sentido común” y a partir de ahí veremos cómo empiezan a aparecer soluciones donde antes solo había desesperación.

El voto a pesar de lo que Ud. crea o de lo que le digan, es un arma que puede utilizarse y ser muy efectiva. No me refiero al voto escenificado cada cuatro años delante de unas urnas y que en vista de los resultados sirve para muy poco, me refiero al voto de cada día.
Seamos realistas, todos sabemos que la banca ha utilizado de forma incorrecta (hay palabras mucho más fuertes para definir esto, utilícelas a su discreción) nuestros recursos y ¿qué ha sucedido?, nada. ¿nada? Tampoco es verdad. Sus errores o más bien su ambición, los hemos pagado todos, endeudándonos todos los ciudadanos y teniendo que renunciar a todos esos conceptos de la cultura del bienestar, para que no dejen de funcionar y sigan ganado sus dirigentes sueldos indecorosos y jubilaciones indecentes. ¿a cambio de qué? De nada. ¿Que no se lo creen? Vayan y pidan un crédito.

Aquí puede usted aplicar su criterio y utilizar su voto diario. Seguro que no hace falta que les diga cómo.
Empresas que aprovechando los tiempos revueltos están precarizando el trabajo y explotando a sus empleados hay muchas, si bien es verdad que suelen ser empresas grandes, pues las pequeñas ya tiene bastante con poder subsistir. Pues bien utilizando nuestro criterio votemos y dejemos de consumir lo que producen o venden.
Seguro que conocen algunas empresas que están en esta dinámica. La Administración, ya sea Nacional, Autonómica, Ayuntamientos, que sustentan con nuestros impuestos empresas, asociaciones (civiles o religiosas) o incluso a personas individuales (asesores, amiguetes etc.) que sean poco éticas o incluso innecesarias, votemos en forma de protestas, inhibiciones, de escritos, escraches (que poco les gusta que les hagamos a ellos lo que ellos nos hacen continuamente) para que sean conscientes de nuestro criterio.

Ejemplos de cómo utilizar su voto diariamente van a encontrar muchos a poco que lo piensen. Pero al mismo tiempo, el no hacer lo correcto (o lo que a Ud. le parece correcto según su criterio) le pone ante el dilema de saberse culpable por mantener o provocar esta situación a poco que lo piense.
Recuerde, en una sociedad del consumo, cuando Ud. Lo hace (lo de consumir, naturalmente) está apoyando con su elección el que una empresa siga actuando bien o mal.

Sea exigente, va a sentirse mucho mejor.

Presidente del banco sin dinero de Alcoy

Send this to a friend