Todos quieren ser monos

Quienes nacimos con la guerra civil y sufrimos casi cuarenta años de dictadura llegamos a una edad respetable sin haber conocido la democracia. Franco nos hacía vivir en la más completa ignorancia política, los periódicos y las radios estaban bajo control del Régimen por lo tanto tampoco existían partidos políticos ni oposición. Ahora, con los diecisiete gobiernos autonómicos que tenemos en España, además del gobierno central, siempre hay una radio, un periódico o una TV que dice lo que pasa del otro bando y de esta forma nos enteramos de muchos enredos y trampas que giran alrededor de la política, aunque sólo una parte de lo que ocurre.

Muerto el dictador, con la llegada de la democracia hubo elecciones libres, unos ganaron y los partidos políticos que no tocaron poder se pasan las legislaturas criticando a quienes gobiernan e incluso en el colmo de los colmos, algunos políticos censurando amargamente a sus sucesores por algunas cosas que ellos no hicieron cuando gobernaban. Las protestas, los cambios de criterio, incluso de chaqueta política, eran y son tan espectaculares que dan la impresión que algunos políticos gobiernan primero para mantenerse en el poder y luego para beneficiar a sus votantes, no al conjunto de la ciudadanía.

En democracia, venga o no a cuento, los partidos en la oposición tienen como meta principal darle leña al mono. Aquí, superados los primeros meses de la actual legislatura, los políticos locales en la oposición han reactivado las críticas contra el gobierno socialista que preside Antonio Francés. (Conviene señalar que no tengo el menor interés en defender a un alcalde que conozco sólo a través de las fotografías que se publican en este periódico pero no me preocupa mucho lo que pueda pensar algún lector ya que, cuando se llega a cierta edad, además de situarse uno por encima del bien y del mal la inmensa mayoría de las cuestiones que no giren alrededor de la familia, o de la salud, apenas preocupan).

Pero que desde el consistorio municipal se pida al equipo de gobierno una serie de actuaciones que obligan a un gasto económico cuando las arcas del Ayuntamiento están vacías, no acaba de entenderse muy bien. Cada grupo pide una cosa, probablemente todas muy necesarias, pero quienes mejor deberían saber cómo está la caja son quienes ocupan los escaños del salón de plenos. Los ciudadanos de este pueblo, y la inmensa mayoría de españoles, estamos hasta el gorro de infraestructuras faraónicas e inútiles, bastantes incluso hasta necesarias, impulsadas por gobiernos populistas cuyas facturas dejaron en herencia a sus sucesores. En Alcoy: Teatro Calderón, nuevo Palacio de Justicia, Bulevar…
Y aún es más sorprendente que quienes piden nuevos polígonos industriales no moviesen ni un solo dedo en este sentido durante los más de ocho años que los suyos disfrutaron del poder municipal, además con mayorías absolutas.

Sólo dos alcaldes alcoyanos fueron capaces de crear suelo industrial mientras gobernaron: Jorge Silvestre Andrés (Cotes Baixes) y José Sanus Tormo (Santiago Payá). Las pequeñas zonas industriales como Batoi, Sant Benet, Cotes Altes o Beniata, surgieron más por iniciativa privada que oficial. Independientemente de la idoneidad de los suelos de los dos polígonos, cuestión sobre la que habría mucho que hablar, Pepe Sanus mejoró los accesos de Cotes Baixes y el alcantarillado y le lavó la cara a Beniata y San Benet. Además, intentó crear un millón de metros cuadrados de suelo industrial en La Canal, un polígono que nadie acometió la construcción de un alcantarillado conectado a la red general, condición imprescindible, pienso, para acoger industrias.

Algunas personas dicen que con Franco vivíamos más tranquilos. Es una opinión que en el fondo rechaza la democracia española, que por muchos motivos cada día repugna más a la ciudadanía. Las mayorías absolutas han convertido en inútiles los parlamentos, las tertulias televisivas no ofrecen soluciones, quienes participan sólo tratan de defender el partido que les cae más simpático o al que pertenecen. Y los políticos a quienes las urnas envían a la oposición continuarán dándole leña al mono que gobierna, creo que con la esperanza de convertirse ellos algún día en monos.

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