Una absoluta gozada

Un fenomenal ambiente festivo, con un público totalmente entregado al disfrute de la ópera y zarzuela en su formato más mediático y popular, con tres espléndidos cantantes y una orquesta óptimamente preparada por sus directores musical y artístico, Marc Moncusí y Francesc Estévez respectivamente, resume lo acontecido el pasado sábado en el Teatre Calderón con la gala lírica ‘Tres tenores en Concierto’, esperado evento organizado por la Asociación de Amigos de la Música de Alcoy con la colaboración del Ayuntamiento, que logró una gran entrada de público.

Empieza a vislumbrarse un cambio de tendencia en la media de edad de los asistentes a favor de los jóvenes o las personas de mediana edad y desde luego es algo esperanzador. El concierto, exclusivo para Alcoy, tuvo dos partes diferenciadas, siendo la primera dedicada a la ópera y la segunda a la zarzuela, no faltando las napolitanas. Comenzó con la Obertura de la ópera ‘Luisa Miller’ de Verdi, preciosa muestra sinfónica del genio de La Roncole (Italia), y en donde ya nos pudimos percatar de tener ante sí a una St. George Symphony Orchestra que iba a rendir gratamente bajo la dirección del maestro de Valls (Tarragona), Marc Moncusí. Por cierto hay que resaltar la presencia del oboísta alcoyano Juan Luis Guitar perteneciente a la Nova y Asesor Musical de la Asociación de San Jorge, y de Rodrigo Guigó Valiente, percusionista nacido en Cartagena pero muy vinculado a instituciones musicales de Alcoy y Cocentaina; ambos realizaron una encomiable labor.

La orquesta tuvo dos intervenciones protagonistas más: la Danza Castellana de ‘El Cid’ de Massenet y el Fandango de ‘Doña Francisquita’ de Vives. El valenciano Nester Martorell, oído en Alcoy en dos ocasiones anteriores, es un joven tenor lírico-spinto que canta con fuerza y apasionamiento, con correcto fraseo y agudos contundentes. Tiene que mejorar su línea de canto, y seguramente va a convertirse en pocos años en una de las voces de referencia de la Comunidad Valenciana y posiblemente de España. Sus arias de ‘Manon’ de Massenet y Tosca’ de Puccini (Recondita armonia) y sus romanzas de ‘Luisa Fernanda’ de Moreno Torroba y ‘La leyenda del beso’ de Soutullo y Vert, estremecieron por el impresionante ímpetu vocal.

Jesús Ávarez, joven tenor lírico-ligero nacido en Alicante, es poseedor de una línea de canto implementada con delicado gusto en el fraseo llegando a un hermoso agudo, el cual con el tiempo es posible que alcance una mejor proyección. Sus ‘Fausto’ de Gounod, ‘Pescadores de perlas’ (la conmovedora ‘Je crois entendre’) del mejor Bizet, ‘Doña Francisquita’ (Por el humo) y especialmente la ‘Jota’ de ‘El trust de los tenorios’ de José Serrano, fueron interpretadas con valentía, seguridad vocal y sobre todo con exquisitez.

El mallorquín Oscar Marín, residente en Berlín, ya causó sensación en sus ‘Pagliacci’ de hace dos años. Es una voz verdaderamente imponente; uno de los mejores tenores que hemos escuchado en Alcoy, sin duda. Es una voz formada, de bellísimo timbre vocal, que domina todos los registros, con buena técnica y excelente ‘legato’. Todas sus intervenciones fueron ejecutadas con irrefrenable pasión: ‘Pagliacci’ de Leoncavallo (Vesti la giuba), ‘Andrea Chenier’ de Giordano con su bello y dificilísimo ‘Improvisso’, terror de los líricos-spintos; la cautivadora y poco conocida plegaria de ‘El Cid’ de Massenet, y ‘El huésped del Sevillano’ de Jacinto Guerrero, está última con una particularísima creación de la célebre romanza ‘Mujer la de los negros ojos’.

El maestro Marc Moncusí tuvo una noche repleta de aciertos, otorgando el protagonismo a los cantantes, conduciendo elegantemente y consiguiendo matices orquestales de suma belleza que no pasaron desapercibidos. Los tres tenores juntos entonaron y teatralizaron con arrebatadora brillantez el ‘Canto a la Espada’ de ‘El huésped del Sevillano’, el ‘Funiculi, Funicula’ de Denza, ‘O sole mio’ de Eduardo di Capua y dos veces el famosísimo ‘Nessum Dorma’ de ‘Turandot’ seductora muestra del genio de Giacomo Puccini que provocó locura colectiva y puso al público literalmente en pie. Una absoluta gozada.

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