Abraham, finura canaria para el ataque

El canario no ha sido un futbolista que se ha prodigado mucho en la historia del Alcoyano. Acaso queda el recuerdo de Juan Santana, que llegó en la temporada 67/68 en Segunda procedente de Las Palmas, se casó aquí y lleva más de cuatro décadas entre nosotros. Más recientemente, Rayco fue máximo goleador hace tres temporadas y para abanderar el proyecto de Palop se fichó el pasado verano a Abraham, un interior de fina técnica y con gol.

Lleva seis años en la península pero es el típico caso del canario emigrado que añora la tranquilidad de su tierra. Es más, futbolísticamente pudo volar más alto de la Segunda B pero esa necesidad de viajar cada cierto tiempo a casa para estar con los suyos y ver a su hijo de 5 años fueron un freno. Abraham es de Telde, un municipio de algo más de 100.000 habitantes a poco más de diez minutos de la capital Gran Canaria. Allí hizo su formación como futbolista hasta que con 19 años debutó en Segunda B en el Vecindario. Vivió muy de cerca el despertar del fútbol canario. Hasta siete equipos de la isla llegaron a militar en la misma temporada en la categoría de bronce del fútbol español. Fue la crisis quien le llevó a la península. Su primera estación sería el Lucena cordobés. Después pasó por Murcia –ascenso a Segunda–, At. Baleares –campeón de Segunda B– Linense y Badalona, club en el que ha jugado los últimos tres años y hace dos fue elegido mejor futbolista de la categoría.

–Ha subido Las Palmas a Primera después de muchos años, el Tenerife subsiste a duras penas en Segunda y en Segunda B solo queda el Mensajero, ¿nada que ver con el fútbol canario de tu época?

–Llegamos a ser hasta siete equipos en Segunda B y el año que fui campeón con el Vecindario, el Universidad Las Palmas terminó subcampeón. La gran mayoría de aquellos equipos han desaparecido. Yo me vine a la península con 24 años. Recuerdo que fue un año complicado porque estuvimos siete meses sin cobrar en el Lucena.

–¿Por qué os cuesta tanto a los canarios salir de la isla?

–Es cierto que lo sentimos mucho cuando nos sacan de nuestras playas y de aquel ambiente. Somos muy de nuestra tierra. Al final te mentalizas que siempre estás a tiempo de volver. Yo ya llevo seis años fuera y he firmado dos con el Alcoyano. Añoro bastante mi casa. Cada cierto tiempo necesito volver y estar un par de días con los míos. Es una de las razones por las cuales he venido al Alcoyano porque es algo que me respetan. He tenido ofertas de equipos de Segunda División pero me pusieron problemas. Yo antes de entrar en cualquier negociación trataba de dejar las cosas claras. No porque iba a tener la cabeza en otro lado y lo que no quiero es engañar a nadie. En Badalona estuve muy a gusto los tres años porque me daban esa libertad y confiaban en mí.

–¿Has vuelto a Las Palmas desde que estás en el Alcoyano?

–Una vez. Cogí un vuelo el domingo tras un partido, estuve en casa lunes y martes, para el miércoles ya estar entrenando con los compañeros. Veo a mi hijo y la familia y me quedo tranquilo. Necesito esa válvula de escape para luego rendir en el campo.

–¿No sería nada fácil dejar el Badalona cuando allí giraba todo en torno a tu figura?

–En enero Hércules y Oviedo me quisieron pero no me dejaron salir. Eran ya tres años y quería vivir otros retos. De haber seguido corría el peligro de acomodarme. El Alcoyano me valoró y era una buena oportunidad de estar otra vez en un equipo con aspiraciones. He venido a este club con el objetivo de subir a Segunda. Para seguir como estaba no me hubiera movido del Badalona donde estaba muy a gusto. He tenido la suerte de vivir el ascenso con el Vecindario y el Murcia, de ser campeón en el At. Baleares y de disputar cuatro liguillas, pero falta me falta jugar en Segunda y me gustaría conseguirlo en el Alcoyano. He jugado en tres de los cuatro grupos y el tercero es el más difícil. Siempre hay ocho o nueve equipos peleando hasta el final por una plaza en el play-off.

–En pretemporada se vio algo de ese Abraham que hace un par de campañas fue elegido el mejor jugador de la categoría y lleva tres temporadas siendo el interior más goleador de la Segunda B, ¿qué está pasando para que aún no se haya visto tu mejor versión sobre el campo?

–El primero que es consciente de ello, soy yo mismo. No me escondo y sé que puedo dar mucho más de lo que se ha visto hasta ahora. Aún no he sacado ni el 50 por ciento de mi fútbol. Llevo tres años rindiendo a un nivel muy alto y me cabrea verme en esta situación. Hace dos años hice 13 goles, el pasado 11 y está temporada aún no me he estrenado. Llevo dos asistencias pero es muy poco para lo que yo puedo dar. Está siendo todo un poco extraño para mí. El talento está y estoy seguro que pronto volveré al nivel que tuve en el Badalona. Al principio me costó adaptarme a todo. El míster quiere que todos defendamos y ataquemos. Ese desgaste luego hace que a la hora de hacer mi fútbol me cueste más. Al principio llegaba a casa cabreado y me fastidiaba verme en esa situación. Ahora estoy más tranquilo. Físicamente he mejorado. También a nivel colectivo vamos mejorando y seremos aún mejor equipo con el paso del tiempo.

–Llega el Badalona al Collao, imagino que será especial…

–Quedan apenas cinco o seis compañeros de los que terminamos séptimos la pasada temporada por detrás del Alcoyano. Han llegado muchos jugadores jóvenes, la mayoría de Tercera División. Empezaron bien pero han tenido un calendario complicado y lo están pasando mal últimamente. Es lo que pasa cuando haces diez o doce fichajes cada temporada. Llegará un año que te puedes pisar los dedos. Nosotros en casa hemos de ganarnos el respeto de los rivales. He venido varias veces al Collao como visitante y era un campo en el que no te sentías a gusto porque la afición apretaba mucho. Ahora que lo hago como local da gusto jugar en un campo así donde se respira tanto fútbol.

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